¿Quiénes componen La Confederación Argentina de Sordos?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Confederación Argentina fue una confederación de provincias que existió entre 1835 y 1861, durante la organización de la actual República Argentina gobernada por Juan Manuel de Rosas. Las provincias formaron una confederación de estados soberanos que delegaban la representación exterior y algunos otros poderes en el gobierno de una de ellas. Es uno de los nombres oficiales de la República Argentina conforme al artículo 35 de la Constitución de la Nación Argentina, junto con el de República Argentina y Provincias Unidas del Río de la Plata.
La firma del Pacto Federal entre las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y Corrientes el 4 de enero de 1831 —al que adhirieron en los dos años siguientes las otras 9 provincias entonces existentes— es considerado como el punto de arranque del período de transición, finalizado con el regreso de Juan Manuel de Rosas al gobierno de Buenos Aires en 1835. Después de la batalla de Caseros, Urquiza invitó a los gobernadores de las demás provincias a una reunión en San Nicolás. Allí los gobernadores firmaron el Acuerdo de San Nicolás, por el cual nombraron a Urquiza como director provisorio de la Confederación y convocaron a un Congreso General Constituyente en la ciudad de Santa Fe.
El derrocamiento de Rosas luego de la Batalla de Caseros llevó a la secesión de la principal provincia de la Confederación, dando origen al Estado de Buenos Aires en 1852. Este último entró en guerra con el resto de la Confederación y se enfrentó con ella en la Batalla de Pavón en 1861. El triunfo de Buenos Aires significó el fin de la Confederación, la reunificación nacional —a costa de las autonomías federales provinciales— hegemonizada por la élite liberal instalada en la ciudad de Buenos Aires y la aplicación de la Constitución de 1853 en todo el territorio.
Explicación:
Respuesta:
El objetivo de este análisis es abordar y describir algunas situaciones
relacionadas con las personas sordas con el objeto de que sean consideradas
y respetadas en tanto ciudadanos de pleno derecho.
Para realizar esta reflexión se resaltarán algunos reclamos del grupo sordo
argentino en relación a dos temáticas. Por una parte, el derecho a la igualdad y
la discriminación inversa o positiva cuya aplicación favorecería a este colectivo.
Por otro lado, el derecho a la participación ciudadana que pretenden ejercer
específicamente en la elaboración de las leyes referidas a su comunidad según
sus necesidades jurídicas actuales.
El respeto del Estado y de la ciudadanía oyente hacia este grupo, mediante la
aplicación efectiva del derecho a la igualdad y a la participación ciudadana,
podrían permitir el mejoramiento paulatino de sus condiciones y de su calidad
de vida.
Al hacer mención a la participación ciudadana y a la igualdad real y efectiva,
aparece necesariamente el concepto de ética cívica. Esta comprende un
mínimo de valores que comparte una sociedad pluralista para que todos
puedan convivir en un marco de respeto.
Para Adela Cortina (1995), profesora de la asignatura Ética y Filosofía Política
de la Universidad de Valencia, esos mínimos que componen la ética cívica son
la libertad, la igualdad, la solidaridad, la tolerancia activa o respeto activo y el
diálogo.
La libertad puede ser entendida de dos formas. Por un lado, como autonomía
moral, en el sentido de que cada persona es libre de querer unas cosas y no
otras, siempre que no dañe a los demás. Por otra parte, como autonomía
política, para que cada ciudadano pueda participar activamente en la vida
pública del estado.
La igualdad, en tanto igualdad de oportunidades, permite que se alcancen unos
mínimos materiales y unas mínimas condiciones sociales y culturales para
desarrollar una vida digna.
La solidaridad hace referencia a la acción para apoyar al menos favorecido con
el objeto de que desarrolle su autonomía.
La tolerancia activa mejor denominada respeto activo, -en oposición a una
tolerancia pasiva o a un respeto pasivo que produce indiferencia-, constituye
una actitud humana positiva que permite la convivencia dentro de un
entendimiento mutuo y de un intercambio de experiencias de vida.
Por último, el diálogo, que constituye una forma pacífica de resolver los
conflictos que se producen en la convivencia plural. Esta actitud dialógica
puede evitar la violencia, el resentimiento, el odio y los deseos de venganza.
En este sentido, explica la autora, la aplicación de la ética cívica, en tanto ese
mínimo de valores y normas que los miembros de una sociedad comparten,
Ciudadanía sorda argentina. Viviana Burad, 2011.
Facultad de Educación Elemental y Especial — Asignatura Ética y Formación Profesional
Interpretación en lengua de señas
permite que se pueda llevar a cabo proyectos de vida siempre que no
imposibilite la concreción de las aspiraciones y los propósitos del Otro.