Quién me puede argumentar el poema del obrero y el poema de la sangre del obrero
Respuestas a la pregunta
Poema del obrero:
He traído un pico y una pala para cavar un poema en la hoja. Ya he pasado la primera capa de hielo que construye el silencio sobre el blanco papel. (Esa lámina fina, inmaculada.) Ahora rompo las piedras, los gusanos que aparecen debajo de mis dedos. Golpeo duro, golpeo en cada sustantivo, gerundio o participio. Las palabras parecen las hijas sublimes del metal más propicio. Ya introduzco mis pies dentro del hoyo. Los zapatos se ensucian, pero sigo golpeando con las vísceras, la sangre en cada movimiento que ejecuto. Golpeo fuerte, golpeo el sustantivo, adverbio, el adjetivo. Los minerales sangran debajo de mis suelas. Ya introduzco mis piernas, pantalones, hasta doy la cintura para abajo. Me quito la camisa, me desnudo. Se trabaja mejor en ese estado. Meto mi vientre, el pecho, los dos brazos para golpear con fuerza el agujero, perforar hasta el fondo del idioma, hasta el verbo del fango. Apenas veo hierbas, ya no hay árboles, ni casas ni consuelos en un círculo. Sólo están mi yo y mi doble ego dentro de mi cabeza. Pero no me amilano, mi espíritu no tiembla, duro golpeo hasta dejarme el músculo y quedarme en los huesos bajo tierra. Así, ahora, sin cielo, la tierra como un techo me ha cubierto, se acuesta como un monstruo sobre mí. Pero yo no me canso, sigo, muerdo la muerte con mi pico y con mi pala, las paredes, las rocas. Y así, sólo, en el agujero sellado bajo tierra, esperaré a que venga otro poeta a golpear como yo la dura hoja, a enterrarse de nuevo en el poema. Tal vez encuentre mi cadáver vivo que no para nunca (con el pico y la pala rotos) de golpear y golpear versos en vano.
Poema de la sangre del obrero:
La sangre del obrero
mancha las tierras
van y vienen, con su tocada mirada
pero sobreviven.
Unos por debajo de nuestra conciencia
buscamos una rendija
algun soporte entre las paredes tratando de encontrar
“el equilibrio de nuestra libertad”
¿Qué hace aquí ese despacho?
extrañados y serenos
pasa la vida de mano en mano
pasan las fotos de los recuerdos
(pero siempre queda el obrero)
como enjambres de abejas
manteniendo la economía de la tierra.
A veces sin embargo
nos sentimos extrañados y extraños
se desgastan las raíces
el mortal deseo de huir y abandonar
botellas silenciosas ,forman partes de sus posos.
Los jefes desconocidos
con su pisar monstruoso
con el esplendor agrio de la farsa
“les dejamos decirnos obreros”
son las palabras, que forman nuestras calamidades
las palabras sombrías, que cubren nuestro silencio
las palabras que cantan nanas quietas
(las nanas de los sindicatos OBREROS vendidos
palabras que suben el llanto hasta el cuello
las que maman como un niño de la teta del dueño
(rodeados de vida de muerte y de tiempo)
no le demos nada a quien mira para pedirte
no les demos ni la vejez ni nuestros sueños
(HAY UNA GRAN VENTANA MONTADA
EN LA SAL DE ESPERA….