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Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Serna, Mercedes (ed.). La conquista del Nuevo Mundo. Textos y documentos de la aventura americana, Madrid, Castalia, 2012, pp. 75-98.
CARTA A LUIS DE SANTANGEL
COLONONIA Christophe.
Introducción
Se inicia la etapa del descubrimiento con el primer viaje de Cristóbal Colón (14512-1506), en 1492. Entre el primer viaje y la primera circunnavegación del continente (1519-1522), se construirà la geografia del Atlántico transversal
Poco sabemos sobre la vida de Colón y se han dado todo tipo de informaciones y especulaciones al respecto. La más aceptada es que fue genovés, de raices judeoespañolas, procedente de una de tantas familias que tuvieron que emigrar a finales del xiv a Genova.
Hay quien hace a Colón un extraordinario marinero, o quien piensa que era poco más que un ambicioso comerciante; algunos consideran que fue un hombre de entendimiento y otros de escasa formación, unos lo identifican con un espintu medieval y de cruzada y otros declaran que fue un humanista; unos consideran que es el primer cronista y otros afirman que no fue el autor, en realidad, de los escritos que poseemos actualmente.
En cualquier caso, Colón fue, además de un experto marinero, el primero que interpretó con palabras el Nuevo Mundo. Con él nos llegó una inicial configuración de América que influiría poderosamente, a lo largo de los años, en los cronistas y en la imagen que Europa se formaría de las nuevas tierras.
Al parecer, Colón pasó en Génova los primeros veintidos años de su vida. Alli aprendió las artes de la cartografia, oficio que practicaria, más tarde, junto a su hermano Bartolomé, en Lisboa. Un naufragio, en 1476, cuando formaba parte de la tripulación de un barco flamenco en un convoy genovés que escoltaba un cargamento. le llevó a Lagos, donde lo socorrieron y la alimentaron antes de enviarlo a Lisboa. En la costa portuguesa se hallaban los cuarteles generales de Enrique el Navegante, quien habia convertido a Portugal en el centro más importante de las exploraciones. Como indica Boorstin, en aquellos años no habia desembarco más feliz y más providencial para un joven y ambicioso marinero (Boorstin, 1986: 225)