quien mato a megan hipwell del libro la chica del tren??
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¡Por fin estoy de vuelta en los libros!
Tengo que admitiros que hacía mucho que no podía empezar, y muchos menos acabar, un libro. Y es que con todo esto de exámenes y mil cosas más, cuando llega la noche lo único que quiero hacer es dormir, dormir y dormir. Y aunque me duela, le doy la espalda a los libros y me acurruco en cama sin más.
Hoy os traigo el best seller que ha recorrido el mundo estos últimos meses, La chica del tren. Todo el mundo habla maravillas de él, lo mencionan en todos lados y sus ventas han roto el récord de El código Da Vinci, con más de 3 millones de libros vendidos en el primer mes.
Resumiendo, ha causado sensación.
Y claro, después de todas expectativas al rededor de este libro, no pude resistirme a comprobar por mis propios ojos si todo lo que se decía era verdad y si realmente merecía la pena.
Así que, ¡haya vamos!
Este thiller nos habla de Rachel, una treintañera en el paro y con serios problemas con la bebida, que coge todos los días el tren de las 8:04 para ocultarle a su compañera de piso que ha perdido su trabajo.
Mientras recorre las vías que conectan su casa con el centro de Londrés, Rachel ha empezado a fantasear con una pareja, Jess y Jason, que viven en una de las casas que se ven desde la ventana de su tren. Les ha creado una vida perfecta. Una vida en la que Rachel se verá envuelta sin darse cuenta.
Iremos descubriendo los verdaderos problemas de Rachel y de otros que la rodean, como se van resolviendo al mismo tiempo que lo hace la extraña desaparición de Jess.
Podría resumir el libro como una gran ruleta y cada capítulo es una tirada que te deja en un extremo diferente de la rueda. Vas haciendo tus propias teorías de lo que ha pasado y en un segundo se hacen trizas delante de tu cara. Nunca sabes realmente que está pasando hasta que llega el fina y eso es lo que lo hace tan adictivo.
Antes de nada, saquemos a ese Sherlock Holmes que llevamos dentro y empecemos a analizar este caso:
Primero pongamos a nuestros sospechosos sobre la mesa.
Primero tenemos a Rachel Watson, nuestra protagonista y quien nos contará casi toda la historia desde su perspectiva -aunque otros puntos de vistas intervengan durante la historia-. ¿Qué puedo decir de la pobre Rachel? Este último año no ha sido el mejor de su vida, se encuentra sin trabajo, sin amor y sin nada estable a lo que agarrarse. Bueno, siempre puede agarrar una copa o una lata de gin-tonic.
Digamos que el misterioso caso de la desaparición de Jess ha hecho que se vuelva a encender algo dentro de ella, algo que le haga ver que merece la pena mejorar. Como dice ella: solo quiere ser útil.
Y útil será, eso no lo puede negar nadie. Aunque por el camino cree más de un lío innecesario, ella intenta hacerlo lo mejor posible y su pasado no la ayuda a creer demasiado en ella.
Aún así, no deja de haber un densa neblina en sus recuerdos que le hace dudar de la inocencia de todos, incluso de la suya propia.
Pasemos a nuestra desaparecida, Megan Hipwell, o como la llama Rachel, Jess. En mi opinión supera la inestabilidad de nuestra protagonista. Desde el primer momento que la leemos sabemos que falta una pieza de su puzzle. Su vida parece una continua montaña rusa: o esta en lo más alto viviendo la vida de la mejor manera que sabe -no siendo la más ética- o esta en lo más bajo, sin dejarnos saber el porqué. Con este extraño carácter, ¿quién dice que no ha huido por voluntad propia?
Tenemos también a Anna Watson. Dejad de pensar que hay parentesco en común entre ella y Rachel porque lo único que comparten es un marido -o ex marido-. Y sí, aquí tenemos a la nueva esposa del ex marido de Rachel. Con la cual ha rehecho su vida, aunque Rachel siga pegada a ella como un chicle en la planta del zapato. Es normal que Anna se sienta frustrada con ella, sobretodo cuando está viviendo en la misma casa que la antigua pareja de su marido. Una casa a pocos metros de la de Megan, ¿coincidencia?
Si algo comparten nuestras chicas es que las tres son un poco paranoicas y desequilibradas.
Por otro lado tenemos a los maridos y ex maridos de estas peculiares mujeres:
Scott Hipwell o más conocido como Jason. Principal sospechoso del caso de Megan, ¿quién tiene más razones de hacerlo que la pareja cornuda de la novela? Pero Rachel ve algo en él, cree que es inocente -alguien de su historia imaginaria debe de parecerse algo a la realidad- y le ayudará a encontrar al verdadero culpable. O a encubrirlo, claro.
Tom Watson, esposo de nuestras chicas. Vemos como a pesar de lo que insiste su actual esposa él sigue ayudando a Rachel cuando lo necesita, parece que todavía queda algo de cariño después de todo lo que pasó entre ellos. Su vida ahora es completamente distinta: nueva esposa y primer hijo. ¿Puede pedir algo más?
?
Tengo que admitiros que hacía mucho que no podía empezar, y muchos menos acabar, un libro. Y es que con todo esto de exámenes y mil cosas más, cuando llega la noche lo único que quiero hacer es dormir, dormir y dormir. Y aunque me duela, le doy la espalda a los libros y me acurruco en cama sin más.
Hoy os traigo el best seller que ha recorrido el mundo estos últimos meses, La chica del tren. Todo el mundo habla maravillas de él, lo mencionan en todos lados y sus ventas han roto el récord de El código Da Vinci, con más de 3 millones de libros vendidos en el primer mes.
Resumiendo, ha causado sensación.
Y claro, después de todas expectativas al rededor de este libro, no pude resistirme a comprobar por mis propios ojos si todo lo que se decía era verdad y si realmente merecía la pena.
Así que, ¡haya vamos!
Este thiller nos habla de Rachel, una treintañera en el paro y con serios problemas con la bebida, que coge todos los días el tren de las 8:04 para ocultarle a su compañera de piso que ha perdido su trabajo.
Mientras recorre las vías que conectan su casa con el centro de Londrés, Rachel ha empezado a fantasear con una pareja, Jess y Jason, que viven en una de las casas que se ven desde la ventana de su tren. Les ha creado una vida perfecta. Una vida en la que Rachel se verá envuelta sin darse cuenta.
Iremos descubriendo los verdaderos problemas de Rachel y de otros que la rodean, como se van resolviendo al mismo tiempo que lo hace la extraña desaparición de Jess.
Podría resumir el libro como una gran ruleta y cada capítulo es una tirada que te deja en un extremo diferente de la rueda. Vas haciendo tus propias teorías de lo que ha pasado y en un segundo se hacen trizas delante de tu cara. Nunca sabes realmente que está pasando hasta que llega el fina y eso es lo que lo hace tan adictivo.
Antes de nada, saquemos a ese Sherlock Holmes que llevamos dentro y empecemos a analizar este caso:
Primero pongamos a nuestros sospechosos sobre la mesa.
Primero tenemos a Rachel Watson, nuestra protagonista y quien nos contará casi toda la historia desde su perspectiva -aunque otros puntos de vistas intervengan durante la historia-. ¿Qué puedo decir de la pobre Rachel? Este último año no ha sido el mejor de su vida, se encuentra sin trabajo, sin amor y sin nada estable a lo que agarrarse. Bueno, siempre puede agarrar una copa o una lata de gin-tonic.
Digamos que el misterioso caso de la desaparición de Jess ha hecho que se vuelva a encender algo dentro de ella, algo que le haga ver que merece la pena mejorar. Como dice ella: solo quiere ser útil.
Y útil será, eso no lo puede negar nadie. Aunque por el camino cree más de un lío innecesario, ella intenta hacerlo lo mejor posible y su pasado no la ayuda a creer demasiado en ella.
Aún así, no deja de haber un densa neblina en sus recuerdos que le hace dudar de la inocencia de todos, incluso de la suya propia.
Pasemos a nuestra desaparecida, Megan Hipwell, o como la llama Rachel, Jess. En mi opinión supera la inestabilidad de nuestra protagonista. Desde el primer momento que la leemos sabemos que falta una pieza de su puzzle. Su vida parece una continua montaña rusa: o esta en lo más alto viviendo la vida de la mejor manera que sabe -no siendo la más ética- o esta en lo más bajo, sin dejarnos saber el porqué. Con este extraño carácter, ¿quién dice que no ha huido por voluntad propia?
Tenemos también a Anna Watson. Dejad de pensar que hay parentesco en común entre ella y Rachel porque lo único que comparten es un marido -o ex marido-. Y sí, aquí tenemos a la nueva esposa del ex marido de Rachel. Con la cual ha rehecho su vida, aunque Rachel siga pegada a ella como un chicle en la planta del zapato. Es normal que Anna se sienta frustrada con ella, sobretodo cuando está viviendo en la misma casa que la antigua pareja de su marido. Una casa a pocos metros de la de Megan, ¿coincidencia?
Si algo comparten nuestras chicas es que las tres son un poco paranoicas y desequilibradas.
Por otro lado tenemos a los maridos y ex maridos de estas peculiares mujeres:
Scott Hipwell o más conocido como Jason. Principal sospechoso del caso de Megan, ¿quién tiene más razones de hacerlo que la pareja cornuda de la novela? Pero Rachel ve algo en él, cree que es inocente -alguien de su historia imaginaria debe de parecerse algo a la realidad- y le ayudará a encontrar al verdadero culpable. O a encubrirlo, claro.
Tom Watson, esposo de nuestras chicas. Vemos como a pesar de lo que insiste su actual esposa él sigue ayudando a Rachel cuando lo necesita, parece que todavía queda algo de cariño después de todo lo que pasó entre ellos. Su vida ahora es completamente distinta: nueva esposa y primer hijo. ¿Puede pedir algo más?
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Respuesta:
Fue TOM Watson
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