Quien fue Juan Bautista Figueroa
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a la cabecera municipal se le llamó Villa de Figueroa, en memoria del cura del pueblo, Juan Bautista Figueroa.
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Juan Bautista nació el 24 de octubre de 1760 en Ciudad Guzmán, Jalisco, y estudió en el Seminario Conciliar de Guadalajara durante siete años, para graduarse con excelencia en Filosofía. En 1781 ingresó al Colegio de San Ildefonso y estudia Cánones y Jurisprudencia, donde se doctoró. Posteriormente ingresó al seminario conciliar de Morelia, recibido por el entonces obispo fray Antonio de San Miguel, siendo ordenado sacerdote antes de los 27 años de edad. Su primera encomienda un breve curato en Indaparapeo, en el que logró concluir el templo que tenía en construcción 60 años. El 3 de enero de 1790 es comisionado para hacerse cargo de la Parroquia de San Pedro y San Pablo de Zinapécuaro y, con las inquietudes de un joven, comenzó una importante labor tanto evangelizadora como material. Construyó la Capilla Hospital de María Auxiliadora, edificó la torre del templo de San Pedro y San Pablo, la Capilla del Señor del Desierto, el Panteón de la Santa Cruz. En Araró concluyó el Santuario del Soberano Señor de Araró. También ayudó a la construcción de los templos y cementerios en Bocaneo y en Taimeo. Una de sus acciones más documentadas es que mandó construir los portales del centro de Zinapécuaro. Para ello, mantenía permanentemente ocupada a una cuadrilla de albañiles que realizaran los trabajos en calle y caminos. Al cura también le tocó lidiar con la epidemia de viruela que asoló la región en 1795, por lo que introdujo la administración de vacunas al municipio. Luego, en 1796, estableció la operación cesárea, pagando al médico que la practicaba un peso por cada nacimiento que se registrara bajo este procedimiento quirúrgico. El Zinapécuaro del año de 1808 era muy pequeño y al observar que muchos no tenían dónde dormir, adquirió terrenos y edificó el Barrio Nuevo. Posteriormente formó los tradicionales barrios de La Escuela, San Antonio y San Juan, y todas las casas construidas fueron entregadas a las familias pobres de la comunidad. Sumado a lo anterior, que no es poco, este benefactor también fundó varias escuelas en Zinapécuaro, Indaparapeo, Queréndaro, Otzumatlán, Bocaneo y Taimeo. Trajo personas que enseñaran artesanías a los habitantes en los barrios que formó. Además resolvió una crisis de agua potable mandando a edificar un canal y varios acueductos. La obra tan intensa que desarrolló el cura benefactor de Zinapécuaro terminó finalmente la noche del día 20 de octubre de 1843, hace 172 años. Con 94 años, ciego y con un agotamiento físico total, falleció quien entregó toda su vida, inteligencia y caridad generosa a esta ciudad, cuando no era más que una humilde villa. Hoy su estatua que inicialmente fuera colocada en la fuente de la plaza del pueblo, ahora se encuentra en lo alto del pórtico del templo que él cuidó. Por esa entrega, bondad, caridad y desprendimiento personal, el 20 de octubre de 1858, a petición del pueblo en general, se decretó por parte del Poder Legislativo que a partir de la fecha se llamara Zinapécuaro de Figueroa.
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