Historia, pregunta formulada por trillami2, hace 8 meses

que
y su corazón
sangre de Isabela,
La calle OSCura
parecía un túnel profundo
Donde quiera que ella volteara se vela una niebla
comla todo lo que encontraba a su paso.
De pronto, Isabela sintió un frio
comenzó a acelerarse fuertemente. Todo se torno
más obscuro, las calles eran como el aliento de un vampiro deseoso de
saborear la
A lo lejos, se escuchaba un
carruaje, pero no se lograba
ver absolutamente nada. El ruido de los
caballos, se
escuchaban más cerca cada vez. Isabela decidió esconderse detrás de
una
barda que alía a humedad y lodo. Ahi se quedó
inmóvil al ver lo que pasaba por enfrente de sus ojos. Era un carruaje
dirigido por un
chofer, transportaba un
féretro. Con la obscuridad no podían apreciarse más detalles, pero ella
sabía que algo no estaba blen. De pronto el
carruaje se
detuvo, los
caballos dejaron de hacer ruido, Isabela deseó
no estar ahí y solo cerró sus
Ojos: esto no podía estar
pasándole, no era racional, no tenía una explicación lógica, si ella
minutos antes estaba en su
butaca, sentada en su dase de
español, mientras lela "La niebla". ¿Qué sucedió?, no podía explicarselo,
solo sabía que de repente apareció en esa
calle.​


trillami2: respuestas por fas
amayaolga15: de
trillami2: mi tarea
amayaolga15: o perdón disculpe
trillami2: ntp
amayaolga15: si la supiera se lo digera
amayaolga15: lo ciento
amayaolga15: ok
trillami2: ok gracias

Respuestas a la pregunta

Contestado por amayaolga15
3

Respuesta:

q bonito tiene mucho talento


amayaolga15: hola quiero hacer amigos
mendezelizabeth906: te gusta Miraculous
mendezelizabeth906: yo también
Contestado por flavia022107
6

Respuesta:

Explicación:

El primero que me habló de Basilio Fernández fue Antonio Gamoneda. En realidad, no me habló

de él, sino que me lo regaló: un día encontré en el buzón un sobre con un libro desconocido, Poemas

(1927-1987), de un autor desconocido, Basilio, publicado por una editorial desconocida, Llibros del

Pexe, que hoy, cuando escribo estas líneas, ya ha desaparecido. Al volumen acompañaba una lacónica

nota: «Léete esto», me ordenaba. No me sorprendió ni su obsequio ni su mandato: Gamoneda

difunde a los poetas que le gustan, como ya había hecho, en mi caso, con José Vega Merino, al que

él define como «uno de sus suicidas», y como volvería a hacer con el iraquí Faik Husein, otro

desconocido, del que me enviaría, años después, las fotocopias de su único poemario publicado en

España, Las escamas del corazón, que había visto la luz en la benemérita colección «Provincia», de

León, dirigida por el propio Gamoneda. Y esa promoción es, no solo una prueba de su sincero amor

por la poesía, sino también de su humilde y constante contribución al placer compartido de la

palabra, algo que, paradójicamente, se observa en muy pocos grandes autores, quizá porque están

demasiado absortos en su propia grandeza. Pero vuelvo a Basilio, cuyo libro empecé a leer

enseguida. Y, al hacerlo, caí en la cuenta de que no me era tan desconocido como yo creía.

Recordaba vagamente que, algunos años atrás, había oído hablar de un poeta secreto, inédito en

vida, al que habían otorgado el Premio Nacional de Poesía, aunque no me acordaba de su nombre.

Recordaba también, incluso con más claridad que el propio hecho narrado, el deje de incredulidad

en la voz de quien me lo refería, como si la vida literaria española estuviese llena de hechos absurdos

como aquel, o de arcanos inexplicables. Los poemas de Basilio me revelaron enseguida que, por el

contrario, el Premio —y el aprecio de Gamoneda— estaban justificados. Su obra es deslumbrante,

aunque ese deslumbramiento no se imponga desde el principio, sino que crezca gradualmente, desde

el creacionismo lúdico y, por imitado, radical de su juventud, hasta un existencialismo virulento y

deshilachado, que se va nutriendo de sucesivas experiencias vitales y mutaciones ideológicas. El

resultado es una poesía única, en la que el metaforismo audaz, el martilleo aliterativo y la libertad

asociativa del irracionalismo se alían para expresar un pensamiento poseído por la convicción de que

se ha renunciado al propio destino y, en consecuencia, por la melancolía, amarga y desengañada, por

lo que se ha perdido, o, dicho con más justeza, por lo que se habría podido vivir y no se ha vivido.

En efecto, la obra de Basilio constituye el reflejo o la sublimación de su renuncia personal al destino

de poeta, y del dolor que esa renuncia le inflige. Tiene, pues, una fuerte impronta biográfica, porque

los hechos y las decisiones de su vida determinan la inflexión y el contenido de su poesía, y porque

sus circunstancias personales se transparentan en un amplio abanico de símbolos y analogías, e

incluso de opciones léxicas. De él se ha escrito que es un autor sin biografía, quizá porque no se ha


amayaolga15: (๑♡⌓♡๑)
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