¿Qué visión del amor tenían Garcilaso y Fray Luis de León?
Respuestas a la pregunta
Garcilaso de la Vega es un clásico cuya producción literaria no deja de atraer la atención, no sólo por lo "dulce y útil" de su lectura, sino también para conocerla mejor; es un autor que invita al estudio de su poesía, que despierta la necesidad de volver una y otra vez a su trabajo desde distintas perspectivas. El presente análisis es producto de este interés, y se ha formado a partir de la lectura no sólo de la obra de Garcilaso, sino también de lo más representativo de su crítica.
Entre la producción garcilasiana leída, ha tenido preferencia para esta investigación la Égloga I; pero, dada la riqueza y complejidad del poema, se ha seleccionado para esta investigación el "Soliloquio de Salicio", pues por sus características estructurales y temáticas posee la autonomía suficiente como para ser trabajado en forma particular. Sin embargo, el resto de la obra no es despreciado; se toma en cuenta como contexto del fragmento seleccionado, visto que el conocimiento del conjunto proporciona valiosos datos para el comentario del soliloquio elegido.
La Égloga I de Garcilaso de la Vega está compuesta, formalmente, por treinta estancias1. De acuerdo con los temas que trata, esta égloga ha sido dividida para su estudio en siete partes: "Introducción", constituida por los seis primeros versos; "Panegírico al Virrey de Nápoles", desde el verso siete hasta el fin de la tercera estancia; "Introducción al soliloquio de Salicio", que abarca la estancia cuarta; "Soliloquio de Salicio", de la estancia quinta a la decimosexta; "Introducción al soliloquio de Nemoroso", estancia diecisiete; "Soliloquio de Nemoroso", de la estancia dieciocho a la veintinueve; y "Conclusión", estancia treinta.
En algunos poemas fray Luis ofrece la imagen positiva de la mujer. En este sentido, y con motivo del nacimiento de doña Tomasita de Borja y Enríquez, el 11 de enero de 1569, fray Luis escribió por encargo la «Canción al nacimiento de la hija del Marqués de Alcañices», poema IV. La familia noble de los Alcañices tenía una gran amistad con los agustinos de Salamanca siendo, de hecho, uno de ellos, novicio con fray Luis. La idea general del poema es el elogio a la recién nacida y con ella a su linaje noble. Las dieciséis liras de que consta todo el poema pueden agruparse en dos partes de siete y nueve estrofas respectivamente. En las primeras siete liras encontramos un elogio de la niña y en las nueve siguientes aparece una alocución de Apolo.