que valor tiene el conocimiento que tienen de la naturaleza los pueblos indigenas
Respuestas a la pregunta
Desde los años 70, en varios países de América Latina se observa la emergencia de movimientos indígenas que desde el plano local y luego nacional, convergen en una demanda central que es la lucha por la tierra. Posteriormente se comienza a gestar un movimiento continental que se expresa a fines del decenio en la Declaración de Barbados, que, elaborada por antropólogos latinoamericanos con la participación de líderes indígenas: "sintetizó muchas demandas que ya estaban siendo enarboladas por las nuevas organizaciones políticas indias".1
Cómo señalo en otro trabajo, el documento de Barbados, así como otros posteriores que fueron elaborados por los propios líderes indígenas, canalizan una serie de demandas, expresan la conciencia de que son culturas en resistencia contra la colonización y comienzan a reconocerse a sí mismos como indios a nivel continental, generando una conciencia y una identidad común que se ha ido fortaleciendo con los años.2
En la siguiente década, se comienzan a entablar alianzas con otros grupos y sectores sociales a nivel nacional y continental, mientras que en el plano global se fortalece la interacción con grupos ambientalistas, que de manera conjunta presionan a los organismos internacionales y a los Estados Nacionales, para que sean reconocidos los derechos colectivos indígenas, aunque esta relación no ha estado exenta de conflicto. A partir de esa interacción, se gesta lo que José Bengoa denomina el "etnoecologismo o ecoetnicidad", en el que los dirigentes indígenas recrean su propia cosmovisión, mientras que los ecologistas recuperan elementos de la concepción indígena de la naturaleza y resignifican el discurso ambientalista.3
Astrid Ulloa señala que:
A partir de la década de 1980 se dio un proceso centrado en la protección de lo ambiental que se puede denominar la "era ambiental", la cual se consolidó en los años 90. Las luchas de los pueblos indígenas relacionadas con la recuperación de tierras y en contra de los procesos de avanzada de fronteras, adjudicación de tierras (consideradas baldías) a terceros y extracción de recursos se agudizaron. De igual manera se dio inicio a las demandas por la participación dentro del Estado. Las acciones en torno a la protección del medio ambiente se establecen más claramente en las demandas relacionadas con la autonomía y el control y manejo de los recursos naturales, dado el nuevo valor económico de la biodiversidad, lo que confronta la soberanía local, por las nuevas discusiones sobre los derechos de propiedad intelectual y el acceso a los recursos genéticos. Este proceso en torno a lo ambiental tiene su origen en contextos nacionales e internacionales.4
Los pueblos indígenas han instrumentado este discurso desde su identidad étnica y se han erigido en guardianes de la naturaleza, para legitimar sus demandas ante la comunidad nacional e internacional. Y aunque los movimientos indígenas –como señalábamos antes- han entablado alianzas con organizaciones ecologistas y con organizaciones no gubernamentales que coinciden en la crítica al capitalismo por sus implicaciones sobre el medio ambiente, en algunos grupos ambientalistas pervive la visión del buen salvaje o el "buen indígena ecológico" cuidador de la naturaleza. Esta visión clásica del pensamiento occidental que separa naturaleza de cultura, ve a los indios como parte del entorno natural que hay que defender. Cómo señala José Antonio Morán:
Pensar a los indígenas como parte del ámbito natural, es situarlos en el nivel que la modernidad siempre asignó a la naturaleza. Espacio donado del que hay que servirse dominándolo. Este deseo de dominio sobre la tierra del que se nutre la modernidad, es una constante de la historia occidental. Cada día que pasa, ese sueño de dominio está más próximo a realizarse, pero al concretarse paradójicamente se convierte en pesadilla. La naturaleza intacta y los indígenas que en ella habitan, son percibidos similar a la mujer en esquemas patriarcales: sumisa, conquistada y poseída. Hoy se espera que los indígenas cumplan el papel asignado: nativos ecológicos (de eco-mártires a eco-héroes), que insuflen oxígeno a una moribunda modernidad.