que valor predomina en la historia ( los viejitos hospitalarios)
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
icen que antiguamente los dioses solían bajar del cielo y visitar
a los humanos. Para que no los reconocieran, hacían
algo fácil: se transformaban en animales. A veces
también de convertían en hombres y se confundían con ellos.
Zeus, el gran padre de todos los dioses, y Hermes, el dios
mensajero, bajaron un día a la Tierra. Se convirtieron en
campesinos pobres, que estaban de viaje. Zeus y Hermes caminaron todo el día; pero,
claro, ya no recordaban que caminar en este planeta cansa y da hambre.
Por la noche, al llegar a una aldea, sus estómagos rugían por comida. Sus cuerpos
deseaban un lugar donde dormir. Estaban tan cansados ... Toc, toc, tocaron las puertas
de todas las casas, pero nadie quiso recibirlos.
- Fuera de aquí, ustedes no tienen dinero para pagar -decían los aldeanos y, ¡pam!,
les cerraban la puerta.
Muy tristes, Zeus y Hermes recorrieron toda la aldea hasta la medianoche.
Decepcionados, salieron del pueblo. Y ya en las afueras, llamaron a la puerta de una casa
muy chiquita y vieja.
-¿Podrían darnos hospedaje por esta noche? -preguntaron al anciano que los atendió.
- Claro ... pasen -respondió este, medio desconcertado.
- ¿Quién es? -se escuchó una voz de mujer, una voz muy viejita desde el dormitorio.
Luego de un rato, apareció la esposa. Y cuando vio a aquellos campesinos tan pobres, se
le ocurrió que podían tener mucha hambre.
Los esposos cocinaron para Zeus y Hermes, aunque no sabían quiénes eran. Les
sirvieron vino. Esa noche, dentro de la humilde casa, dos dioses y dos ancianos muy
pobres comieron y bebieron juntos ...
¿Y sabes qué?, el vino no se terminaba nunca. El anciano sirvió los vasos de todos,
dos, tres, cuatro veces, pero la jarra de vino nunca dejó de estar llena.
“Esto es muy extraño”, pensó el anciano. Y, entonces, no puede ser, abrió la boca
asombrado. ¡Esos dos campesinos eran en realidad dioses del Olimpo!
D
Explicación:
Respuesta:
La humildad de los ancianos a los dioses
Solidaridad de los ancianos al darle a los dioses un lugar donde quedarse