¿que tipo de puestos son necesarios para la producción agrícola en las haciendas?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La haciendanota 1 es una forma de organización económica típica del sistema español de ultramar, que se mantuvo en Iberoamérica más de un siglo después de abolición de los señoríos en España, específicamente hasta las reformas agrarias de la segunda mitad del siglo XX. El término se utiliza para describir un latifundio de producción mixta agrícola-ganadera. Como modelo de organización agropecuaria y social, procede de la hacienda andaluza, cuyo modelo se empleó en América a partir de mediados del siglo XVII.1
El sistema de la hacienda de Hispanoamérica se remonta en general a la crisis de la institución de la encomienda y a las estancias ganaderas que en casi todas las regiones tuvieron un momento de apogeo en el siglo XVII. La «encomienda» tuvo un desarrollo diferenciado en las distintas regiones, en cuanto al proceso de su ?. Así, en algunas parte de Nueva España, ya a mediados del siglo XVI se empezó a reemplazar por el sistema del repartimiento de indios, mientras que en otras se mantuvo hasta fines del siglo XVIII. Ambos sistemas de explotación conllevaban un trabajo semiforzado, con carácter de servicios personales el de la encomienda, y con carácter de adjudicación rotativa de contingentes de trabajadores a determinados empresarios coloniales, el del repartimiento. A fin de poder utilizar a los indios como mano de obra en las incipientes explotaciones agrícolas iniciadas en las tierras provenientes de las mercedes de tierras, se comenzó a sacarlos de sus ámbitos de residencia naturales y a trasladarlos a los propios predios. «La estancia, como unidad productiva, surgió de la explotación de las mercedes de tierras, la cual se orientó en un principio a la producción de carnes para satisfacer las necesidades de los españoles.»2 La disminución de la población indígena había significado una baja en las entradas por tributos para los encomenderos, además de dificultades en el abastecimiento de víveres para las ciudades, lo que llevó a que las encomiendas ya no se utilizaran solo para apropiarse del excedente de producción de los indios, sino que estos se utilizaran regularmente como fuerza de trabajo. Además, obligó paulatinamente a diversificar la producción estanciera, tendiendo en forma gradual a la producción de ganado, cereales, y otros productos de relevancia regional.2 Se iniciaba así un largo proceso de transición desde la estancia hacia la hacienda, caracterizado por la concentración de las mejores tierras, el acaparamiento del agua de regadío, la sujeción de los indígenas al predio y la utilización de esclavos, principalmente africanos, pero también de entre los «indios de guerra».3