Que tiene que ver El criollismo con el Martín Fierro? porfa me explican
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El anarquismo del Río de la Plata de fines de siglo diecinueve y principios del veinte participó muy activamente en la elaboración de un repertorio de tipos humanos representativos del ser nacional rioplatense reclamando la participación de sectores sociales marginales en los proyectos de construcción de la nación. El nuevo escenario se trasladó del campo al arrabal en un desplazamiento que transformó la figura del gaucho en un grupo heterogéneo de personajes suburbanos inaugurando nuevos territorios simbólicos de identidad nacional. Estos desplazamientos y transformaciones fueron afirmados y celebrados por los escritores anarquistas mediante una apropiación original de la tradición cultural. Este artículo analiza el proceso de transformación política y cultural de una tradición histórica problematizando originalmente la figura del gaucho y el esquema sarmientino "civilización y barbarie" y señalando, hacia el final, al arrabal como el ámbito donde se verán las señales dolorosas del impulso autoritario de la modernización urbana.Varios de los cuentos de Ghiraldo publicados en la revista Martín Fierro aparecieron luego en el volumen Carne doliente (cuentos argentinos); son los que se analizan a continuación. En buena parte de ellos, el autor se preocupa por mostrar el carácter contradictorio del gaucho, capaz de mostrar su aspecto bárbaro y sanguinario junto con momentos de sensibilidad extrema en una tensión romántica característica de la literatura gauchesca. En "La pendencia", el matrero llega a un almacén en el medio del campo luego de atravesar un extenso matorral.
Cruzaba el matorral rumbo al poblado en busca de aguardiente y de pendencia. En la frente el ceño fiero, en los ojos la mirada torva y en lo interior, hinchando el nervio y el músculo, la levadura salvaje de la raza. El viento, que soplaba del Norte, empujábale con sus efluvios cálidos, de fuego; el sol cruel, terrible, le hería las anchas espaldas con sus mil dardos ígneos, y el ambiente todo, parecía azuzarlo, espolearlo, precipitarlo hacia la lucha violenta, hacia el choque rudo, hacia el encuentro brutal, hacia la expansión primitiva de las fuerzas combativas, latentes en nuestra naturaleza (Ghiraldo, 1917?:71-2).
La propagación masiva de folletos ya había comenzado con El gaucho Martín Fierro (1872) y La vuelta de Martín Fierro (1879) de José Hernández y luego continuó con Juan Moreira (1880) del mencionado Gutiérrez, quien, luego de escribir otro folletín de similar inspiración, Santos Vega (1880)