que tiene de parecido un hombre a una serpiente
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El presente artículo busca contribuir al conocimiento sobre la relación entre ambiente y cosmopraxis de los pueblos mixes de la Sierra Norte de Oaxaca.1 A través del examen etnográfico de la presencia de las serpientes en la vida cotidiana, en los rituales y en las narraciones míticas de los ayuujk, pretendo mostrar que las serpientes juegan un papel fundamental en la definición y articulación de las relaciones entre el medio ambiente y la sociabilidad.
Junto a otros animales, plantas y fenómenos meteorológicos, las serpientes aparecen íntimamente ligadas a importantes relatos míticos, a extensos complejos rituales y a espacios fronterizos entre la naturaleza y la cultura, como el tonalismo, el parentesco ritual y distintas prácticas que involucran tanto la curación como la brujería [véanse Miller 1956; López y Prado 2002; Lipp 1999; Torres 2003]. No obstante lo anterior, en este texto intento tomar distancia de una lectura predominantemente simbólica de las relaciones entre humanos y serpientes, en especial de aquellas orientadas por las premisas de la etnografía y la historiografía de los pueblos nahuas.2
Por medio del análisis de las narraciones míticas sobre el nacimiento del héroe Konk’oy y de su hermana, la serpiente Tajëëw, del examen de relatos sobre el matrimonio entre humanos y culebras y de una serie de datos relativos a la ecología de las serpientes, busco proporcionar elementos que permitan superar ciertos límites impuestos por el uso de perspectivas basadas en la semiótica, el estructuralismo y el culturalismo ecológico. Paralelamente, busco mostrar que la relación entre humanos y serpientes da cuenta de aspectos clave de una manera específica de entender la continuidad socio-ambiental, y de la forma en que se establecen vínculos recíprocos entre el dominio de los humanos y el de los animales.
Respetar a las víboras: una lección de ética ayuujk
Con seguridad puede afirmarse que antes que un símbolo, una categoría o un concepto, las serpientes son seres vivos. Este hecho en apariencia obvio, ha pasado inadvertido para muchos etnógrafos e historiadores, quienes tienden a explicar la importancia de las víboras en las sociedades mesoamericanas como resultado de una tradición religiosa que ve en los ofidios determinados símbolos que adquieren sentido dentro de un modelo cosmogónico, cuya función principal es dotar de significado al mundo. Esta posición dominante entre quienes defienden una concepción semiótica y estructural de las culturas mesoamericanas tiende a reducir los vínculos que unen a humanos y serpientes a operaciones fundamentalmente conceptuales que, necesariamente, ocultan las dimensiones socio-ambientales y materiales de esta compleja relación humano-animal [véanse De la Garza 1984; Bonifaz Nuño 1989].
Las distintas especies de serpientes que pueblan el mundo no son una creación de los hombres, aunque su existencia no pueda explicarse a cabalidad sin la presencia de éstos. Por otra parte, pese a que nuestra época parece estar dedicada a perseguir la extinción de los ofidios (o a conservarlos en pequeñas reservas que apaciguan la mala conciencia ambiental), debemos pensar que quizás la extinción biológica de las serpientes no sea el destino que nos reserva la historia, pero que para eludirlo, estamos obligados a mirar y aprender de aquellos pueblos que coexisten en forma relativamente pacífica con las víboras, pues esta convivencia denota la existencia de una sofisticada relación ecológica, que acerca a humanos y sierpes, acortando la distancia entre naturaleza y cultura, términos que desde nuestra perspectiva aparecen como realidades claramente separadas y hasta opuestas.
Conocer una tradición específica de convivencia entre humanos y serpientes se justifica no sólo en términos del saber antropológico, sino en términos de practicidad ambiental y aun de conveniencia ética, pues -si no nos resistimos- tal vez logremos tocar un poco el pensamiento de los mixes, y aunque no lleguemos a ver a la serpiente como a nuestra hermana -ese privilegio les está reservado a los ayuujk-, al menos podremos considerarla como a un buen vecino, cuya vida debe honrarse y respetarse.
Explicación:
esto es lo q encontré espero te ayude un poco aclaro no soy muy buena ok ni muy inteligente ok gracias .