Que tenía que ver Napoleón en la conquista del río de la plata
Respuestas a la pregunta
Los franceses en la América española han despertado considerable interés por parte de la historiografía. Eso se
debe en parte al aumento de su presencia en América durante el siglo XVIII. Aunque las Leyes de Indias
interdecían a cualquier europeo no-español la residencia en los dominios de España en América, la situación
política durante el siglo XVIII favoreció el asentamiento de los franceses. Con el cambio dinástico en España y
el acercamiento de la casa de Burbón a Francia estos recibieron algunos privilegios como el asiento de negros
concedido a la Compañía de Guinea lo que conllevó a una mayor presencia de mercaderes franceses en los
puertos americanos. El Tercer Pacto de Familia entre las dos coronas (1771) fijó que se trataría a los súbditos de
la nación amiga “en los países que ambos dominan, como los propios naturales”. Aunque estaba limitado a
Europa los franceses podían esperar un trato privilegiado frente a otras naciones (Cantilo, 1843: 468-473).1
Eso
se tradujo en una mayor facilidad con la que los franceses, en comparación con otras naciones, podían conseguir
una carta de naturaleza que habilitaba para la residencia y el comercio en y con las Indias. Los franceses eran,
contando con 33 naturalizaciones entre 1750-1792, la nación que recibió el mayor número de concesiones (32%)
(Morales, 1980: 299-301).
En 1783, siguiendo las pautas de colonización y poblamiento ilustrados, la Corona se propuso convocar a
colonos católicos para aumentar la escasa población de la isla Trinidad (Newson, 1979). De este modo Trinidad
se convirtió en el primer territorio español de América que, por voluntad del gobierno abrió sus puertas a los
extranjeros. La mayoría de los colonos que poblaron la isla eran de origen frances, y hacia finales de la centuria
ya se habían convertido en la mayoría de la población de la isla teniendo en sus manos el poder político y
económico de la misma (Sevilla Soler, 1988:194). Otros franceses que llegaron a América con el consentimiento
de la Corona fueron altos funcionarios u oficiales al servicio del rey, por ejemplo los virreyes de México,
Charles François de Croix, y del Perú, Theodor de Croix, o el oficial y posteriormente virrey del Río de la Plata,
Santiago de Liniers. El Intendente de San Salvador fue entre 1789 y1791 el Barón de Carondelet, quien más
tarde fue gobernador de Luisiana, y, finalmente, presidente de la Audiencia de Quito. Si la alianza francoespañola en el siglo XVIII daba un marco favorable para la migración francesa a la América española, fue la
compra de Luisiana en 1764 por España lo que convirtió a miles de franceses en naturales del reino de España
que ahora legalmente podían dispersarse por los territorios americanos (Nunn, 1979:115). Cuando España tomó
posesión de las Malvinas (Falklands) en 1766 los colonos franceses que vivían en las islas recibieron, al igual
que los habitantes de la Luisiana, la posibilidad de convertirse en vasallos del rey de España y quedarse si así lo
querían.2
El número de franceses en Malvinas, no obstante, no era grande, ya que en 1767 se contaron allí
solamente 37 franceses, niños incluidos.