Castellano, pregunta formulada por bimo2474, hace 2 meses

que temas se abordan en la poesía amor de Pedro Salinas

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Respuestas a la pregunta

Contestado por fabypacay
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Respuesta:

El mundo desde el poeta

Los libros de poesía de Pedro Salinas llevan títulos que conviene recordar: Presagios, Seguro Azar, Fábula y Signo, La voz a ti debida, Razón de amor, El contemplado y Todo más claro. Un buen título -y éstos lo son- debe ser significativo y sintetizar la idea del autor sobre su libro, sobre el contenido de su libro. Veamos si esa expresiva serie de rótulos sugiere alguna pista por la cual penetrar, siquiera de soslayo, en el mundo del poeta.

Notaremos enseguida un elemento común: aluden todos a una interpretación de los fenómenos y no a los fenómenos mismos. Están puestos subjetiva y no objetivamente, en atención a los reflejos suscitados por la realidad en el poeta y no a las realidades en su esencia. Son títulos con raíz en la existencia y en la imaginación. Los Presagios son representaciones de los acontecimientos que no pueden ni nacer siquiera sin intervención del alma intérprete. La corneja vuela y basta, pero sólo la presencia del agorero dará sentido de presagio al vuelo cuando, según la atisbe a diestra o a siniestra, atribuya a su paso significación.

Seguro Azar es también alusión a determinado giro de los sucesos, pero de los sucesos partiendo del contemplador que en el caprichoso caos universal descubre líneas de seguridad y orden. La ambigüedad del título, la buscada anfibología de la locución, que no sabemos si se refiere a la inexorabilidad del azar o a la inmutable estructura en que rigen sus leyes, está proclamando la vigencia de una actitud que reduce la complejidad del mundo a la fórmula sintetizadora de una impresión. Y lo mismo Fábula y Signo: radiador, Escorial o teléfono, los objetos viven como partes de un mito forjado por el hombre, como elementos estimulantes de su imaginación, leña para su capacidad de encender fantásticas iluminaciones. La fábula y el signo existen en el poeta, y no tienen otra esencia que la obtenida a través de la poesía y en la poesía.

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¿Y La voz a ti debida? El amante está pensando en el canto y a él se refiere. Cierto que en el poema, el sentimiento amoroso, exaltando las gracias del ser querido, le confiere plenitud de existencia, pero el acento del título está puesto una vez más partiendo de la visión refleja del tema Razón de amor dice con claridad que tanto como al amor se refiere a su porqué, y aun insinúa un análisis abstracto, por fortuna no realizado en el poema, pues el intelectualismo del gran pesquisidor que fue Salinas resultó venturosamente temperado por su sensualidad.

En El contemplado tenemos el mejor ejemplo. Para cantar la hermosura del Mar Caribe, visto desde la costa, Salinas escribe un poema que otro poeta quizá hubiera titulado señalando alguna cualidad esencial del mar; mas para él toda esa belleza sólo empieza a existir cuando un espectador se complace y goza en ella. Así, destaca la condición en que menos se podía pensar, la más inerte y ajena al ser de lo cantado; la condición, y no cualidad, de «contemplado». La traductora norteamericana no acertó o no quiso conservar este título al realizar la versión inglesa del poema y lo llama, simplemente, Mar de San Juan. No es lo mismo: se habla del mar de San Juan, pero incluyendo de sutil manera la persona del contemplador; es el mar, vivo y verdadero, pero sus olas y sus espumas rompen en el alma del poeta tanto como en las costas de Puerto Rico.

Todo más claro es, por sus varias acepciones, marbete iluminador. Cosas y sucesos van mostrando sus límites exactos; sobre presente y futuro cae un chorro de luz que los revela y esa iluminación surge precisamente en el poeta y por el poeta. Los acontecimientos y los objetos son y están inmutables, pero la perspectiva cambia cuando el espectador intuye relaciones, posibilidades o significaciones antes inadvertidas. Pensando en esa intuición, y desde ella, todo está más claro, todo muestra al fin un perfil expresivo y definido.

Estas consideraciones quizá pequen de aventuradas. Me doy cuenta de ello y no las atribuyo otro valor que el de una hipótesis de trabajo sobre la cual comenzar indagaciones más estrictas en torno a la poesía de Salinas. En un artículo recién publicado llamé al gran poeta muerto «el intelectual», por antonomasia. Si no estoy equivocado sus poemas deben ser estudiados como respuestas profundas de un alma receptiva. Salinas se planteaba incesantemente preguntas y la respuesta venía implícita en la cuestión, en el hecho mismo de plantearla, porque surgía -creo yo- de una circunstancia vital en la que la curiosidad brotaba ya asistida de intuiciones algo borrosas que al precisarse y adquirir forma daban como resultado el poema.

Explicación:

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