que te pareció la historia de Carlos
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
ste artículo pertenece a la serie de ficción Especies Urbanas, cuyo autor es John William Wilkinson y que se publica los domingos en la página web de La Vanguardia.
De entre todas las muchas cosas que heredó Mariona Guanter i Sitjes de su madre, la que más satisfacciones le ha proporcionado ha sido sin lugar a dudas su pequeña biblioteca. Aunque la verdad es que su primer impulso fue deshacerse de tantos libros, en su mayoría relacionados con la historia. Pero antes de hacerlo decidió que leería al menos un título, si nada más en recuerdo de su difunta madre. Escogió al azar uno cuyo lomo azul le resultó atractivo.
Acomodada en la butaca en la que se pasaba horas y más horas leyendo su madre, abrió el volumen que había escogido, Historias de la historia, de un tal Carlos Fisas, e inició su lectura. Decir que se quedó atrapada es decir poco: pasó casi la tarde entera enfrascada en su lectura sin que se levantara siquiera para ir al baño.
De entre todas las muchas cosas que heredó Mariona Guanter i Sitjes de su madre, la que más satisfacciones le ha proporcionado ha sido sin lugar a dudas su pequeña biblioteca
Después de zamparse ese primer libro repleto de fascinantes anécdotas, procedió a devorar durante los meses siguientes todos los libros de Carlos Fisas, un autor que en su día fue muy popular pero que apenas si merece ahora una mención en Google. Eso sí, recuerda que cuando era pequeña su madre escuchaba entusiasmada un espacio radiofónico de este mismo escritor barcelonés que, según una vecina que trabajaba en Planeta, vivía rodeado de libros en un enorme piso en la Rambla del Prat. Murió en el 2010 a los 91 años de edad.
Acabados los amenos libros de Carlos Fisas, Mariona se pasó a Dioses, tumbas y sabios, un libro de considerables dimensiones que llevaba muchas fotos e ilustraciones y pesaba un quintal. De la mano de su autor, C.W. Ceram, pudo viajar por la antigua Grecia y el Egipto de los faraones, para luego hacer escala en Nínive y Babilonia, antes de partir hacia las pirámides de Yucatán y Chichen Itzá.
Acabados los amenos libros de Carlos Fisas, Mariona se pasó a Dioses, tumbas y sabios
Una vez hubo agotado la biblioteca de sus madre, se lanzó Mariona a crear la suya propia. Le fascinaban las historias sobre brotes de locura colectiva que de repente se apoderan de pueblos enteros por muy desarrollados y cultos que éstos sean, como es el caso de la tulipomanía de los prósperos burgueses holandeses del XVII. Había quien pagaba por un bulbo de tulipán más de lo que le hubiera costado comprar un edificio entero. Pero de pronto se rompió el hechizo dejando a prósperas familias sumidas en la más absoluta miseria.
A través de la lectura de unos cuantos títulos que referían este fenómeno, intentó Mariona comprender porque tantos millones de alemanes abrazaron el nazismo, pero por mucho que leyese sobre el tema, nunca dio con una explicación que le convenciera. Finalmente decidió que, por falta de otra justificación, se trataría más bien de una horrible enfermedad contagiosa que, como el cólera, jamás ha sido del todo erradicada y que aún a día de hoy resurge más fuerte que nunca en el seno de alguna sociedad.
Otro libro que le causó una gran impresión fue Colapso, del profesor americano Jared Diamond
Otro libro que le causó una gran impresión fue Colapso, del profesor americano Jared Diamond, que explica por qué unas sociedades perduran y otras perecen. La historia del fracaso de los vikingos en Islandia o Groenlandia es demencial, como asimismo la de la isla de Pascua. Hay sociedades que por una u otra razón cometen una equivocación que si no se rectifica a tiempo significará la eventual ruina y desaparición de la misma, pero que aun a sabiendas de que es así, persisten en su suicida locura. Leído al principio de esta crisis que no parece tener fin, este libro le dio a Mariona escalofríos.
Ahora bien, si a Mariona le venía costando comprender el porqué de tantos casos de locura colectiva, a los largo del último lustro ha sido testigo, sin moverse de su casa, de un compendio de despropósitos en los que no obstante millones de personas han depositado una fe ciega aunque signifique la desaparición de la sociedad que afirman amar.
Explicación: