Religión, pregunta formulada por martina1423, hace 1 año

que tareas a confiado Dios al hombre y a la mujer​

Respuestas a la pregunta

Contestado por yusney2
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Respuesta:

JEHOVÁ DIOS creó primero a Adán y luego a Eva. Por consiguiente, el hombre pudo adquirir experiencia en la vida antes de que fuera creada la mujer. Durante ese tiempo, Jehová le dio ciertas instrucciones (Génesis 2:15-20). Adán, ejerciendo de portavoz divino, debería transmitírselas a su esposa. Se esperaría, pues, que él tomara la iniciativa en todo lo referente a la adoración a Dios.

Puesto que en la congregación cristiana funciona un sistema similar, nos conviene examinarlo para extraer lecciones útiles. El apóstol Pablo escribió: “No permito que la mujer [...] ejerza autoridad sobre el hombre, sino que esté en silencio. Porque Adán fue formado primero, luego Eva” (1 Timoteo 2:12, 13). Esto no significa que la mujer no pueda pronunciar palabra en las reuniones cristianas. Estar en silencio tiene aquí el sentido de no envolverse en disputas con el varón. La mujer no debe mostrar falta de respeto por su nombramiento ni tratar de enseñar en la congregación. Es cierto que los hombres son quienes han recibido las asignaciones de presidir la congregación y enseñar, pero las mujeres pueden aportar mucho a las reuniones participando de diversas maneras.

El apóstol Pablo también nos dio una idea de lo que Dios esperaba que fueran los respectivos papeles del hombre y la mujer. “El varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón [...]. Además, en lo relacionado con el Señor, ni es la mujer sin el varón ni el varón sin la mujer [es decir, ninguno es independiente del otro]. Porque así como la mujer procede del varón, así también el varón es mediante la mujer; pero todas las cosas proceden de Dios.” (1 Corintios 11:8-12.)

Responsabilidades de la mujer

La Ley que Dios dio a Israel asignaba importantísimas tareas a las mujeres y les daba libertad para usar su iniciativa. En Proverbios 31:10-31, por ejemplo, se habla de “una esposa capaz” que compra buenos materiales y hace excelentes prendas de vestir para su familia. No solo eso, “ha hecho hasta prendas de vestir interiores y ha procedido a venderlas” (versículos 13, 21-24). “Como naves de mercader”, esta magnífica mujer busca el mejor alimento, por muy lejos que esté (versículo 14). También “ha considerado un campo y ha procedido a obtenerlo”, y luego “ha plantado una viña” (versículo 16). Como “su comercio es bueno”, obtiene beneficios (versículo 18). Y además de “vigila[r] cómo marchan los asuntos de su casa”, esta mujer infatigable y devota ayuda desinteresadamente a otros (versículos 20, 27). No sorprende que la alaben (versículo 31).

Las leyes que Jehová suministró a través de Moisés daban a las mujeres muchas oportunidades de crecer espiritualmente. Veamos algunos textos bíblicos que ilustran este punto. Josué 8:35 dice: “Resultó que no hubo ni una sola palabra de todo lo que Moisés había mandado que Josué no leyera en voz alta enfrente de toda la congregación de Israel, junto con las mujeres y los pequeñuelos y los residentes forasteros que andaban en medio de ellos”. Y hablando de Esdras, el sacerdote, la Biblia declara: “[Él] trajo la ley delante de la congregación de hombres así como de mujeres y de todos los de suficiente inteligencia como para escuchar, el primer día del séptimo mes. Y continuó leyendo de ella en voz alta delante de la plaza pública que está delante de la Puerta del Agua, desde el amanecer hasta el mediodía, enfrente de los hombres y de las mujeres y de los demás inteligentes; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley” (Nehemías 8:2, 3). Así que las mujeres también se beneficiaban de esas lecturas públicas de la Ley. Asimismo, participaban en las fiestas religiosas (Deuteronomio 12:12, 18; 16:11, 14). Más importante todavía, las mujeres del antiguo Israel podían cultivar una relación personal con Jehová Dios y dirigirse a él en oración (1 Samuel 1:10).

En el siglo I, algunas mujeres piadosas tuvieron el privilegio de ministrar a Jesús (Lucas 8:1-3). Cierta mujer derramó aceite sobre la cabeza y los pies de él durante una cena en Betania (Mateo 26:6-13; Juan 12:1-7). También hubo mujeres entre las personas a quienes se apareció Jesús tras su resurrección (Mateo 28:1-10; Juan 20:1-18). Además, entre los aproximadamente ciento veinte discípulos que se reunieron después de la ascensión al cielo de Jesús estaban “algunas mujeres y María la madre de Jesús” (Hechos 1:3-15). De seguro, muchas de estas fieles mujeres, si no todas, estaban en la cámara superior de Jerusalén el día del Pentecostés del año 33, cuando se envió el espíritu santo y los discípulos de Jesús empezaron a hablar milagrosamente en diversas lenguas (Hechos 2:1-12).

Contestado por nellyedeniscardozo
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Respuesta:

señorear sobre toda la creación de Dios

Explicación:

Debido a que Dios creó solamente al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, Dios también les encargó una gran tarea

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