que sucede después de la muerte del rey de España Carlos 2
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Carlos II había tenido dos hermanas, María Teresa, que se había casado con Luis XIV y le había dado un hijo, el Gran Delfín Luis, y Margarita, que se había casado con Leopoldo I y le había dado una hija, María Antonia, a la que, tras un intento frustrado de casarla con Carlos II, la casaron con el príncipe elector Maximiliano II de Baviera (hermano de María Ana Cristina de Baviera, la esposa del Gran Delfín). Maximiliano II, poco antes de partir hacia Bruselas para ocupar su cargo de Gobernador General de los Países Bajos españoles, había visitado la corte de Viena para celebrar el cumpleaños de su esposa, y como consecuencia de dicha visita, el 28 de octubre de 1692 nació su hijo José Fernando. Enferma a causa del parto, María Antonia murió el 24 de diciembre.
Como requisito para la boda entre Maximiliano II y María Antonia, Leopoldo I había exigido que ésta renunciara a sus derechos de sucesión a la corona española, puesto que así el propio emperador se convertía en el siguiente heredero por la rama austríaca, como nieto del rey Felipe III de España. En realidad Leopoldo I no pretendía hacer valer personalmente su derecho, pues sabía perfectamente que en caso de intentarlo se encontraría con la oposición directa de Francia, Inglaterra, los Países Bajos y los príncipes alemanes protestantes, que jamás consentirían de buen grado una unión entre España y Austria que devolviera Europa a los tiempos de Carlos V. Su plan era transmitir su derecho a uno de los hijos que había tenido con Leonor de Neoburgo; no al primogénito, el archiduque José, pues entonces éste se convertiría en heredero de Austria y España y estaríamos en el mismo caso, pero sí a su segundo hijo, el archiduque Carlos.
Por su parte, el príncipe Maximiliano II había aceptado la renuncia de su esposa considerando en que carecía de valor si no la aprobaban las cortes españolas, y tenía la intención de reclamar en su momento la corona española. Ahora bien, María Antonia era consciente de que su marido se había casado con ella únicamente por esta ambición, y se había resignado a que éste pasara más tiempo con sus amantes que con ella. Pero en su testamento renunció nuevamente a sus derechos a la corona española y desheredó a su marido, que tampoco se preocupó mucho por ello, amparándose una vez más en que la renuncia carecía de valor sin la aprobación de las cortes españolas.
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