¿Qué sucede cuando ofrecemos a Dios los dolores del cuerpo y la enfermedad?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
el te los ba a sanar pero si tienes fe si no tienes fe no te sirbe de nada
Respuesta:
¡Ofrece tu dolor a Dios y Él te bendecirá a ti y a tu familia!
Explicación:
El sufrimiento es parte integrante de la vida humana. No hay nadie que, tarde o temprano, no participe de él. Por eso, debemos aprender a llevar nuestra cruz de cada día, como nos dice Jesús, y saber ofrecerla para darle un valor sobrenatural. De ahí que sea importante aprender a tener espíritu de sacrificio y no buscar siempre el placer por el placer.
Nuestra Madre la Virgen, en muchas de sus apariciones, nos habla de ofrecer sacrificios voluntarios por la conversión de los pecadores. En Fátima le decía a Lucía: "Orad y haced sacrificios por los pecadores, porque van muchas almas al infierno, porque no hay quien se sacrifique ni ore por ellas" (13 de agosto de 1917).
Este espíritu de sacrificio por la conversión de los pecadores, lo aprendieron muy bien los tres pastorcitos. A veces, daban su comida a las ovejas o a niños pobres o comían bellotas amargas o no bebían agua en pleno calor y decían: "Oh Jesús, es por tu amor y por la conversión de los pecadores".
Evidentemente, el sufrimiento por sí mismo no vale nada, si es que no se ofrece con amor y por amor. Pero, cuando se ofrece a Dios con amor, tiene un gran valor redentor en unión con los méritos de Jesús.
Por eso, debemos pensar en tantas personas que están alejadas de Dios y que están en peligro de condenación eterna por sus propios pecados. Pero, si nosotros ofrecemos por ellos nuestras oraciones y sacrificios, Dios les puede conceder gracias extraordinarias, que pueden conseguirles su conversión y salvación.
Si san Agustín no hubiera tenido una madre tan santa como santa Mónica, quizás nunca se hubiera convertido ni hubiera llegado a ser el gran santo que todos conocemos. Si tú fueras más generoso con Dios y ofrecieras todos tus sufrimientos y enfermedades por la salvación de tu familia, quizás Dios podía haber salvado hace muchos años algún antepasado tuyo o algún familiar actual que va por mal camino. La oración traspasa las fronteras del tiempo o del espacio. Ora por todos tus antepasados y familiares, presentes y futuros. Hay motivos más que suficientes para ofrecer todo lo que sufres. Y ¡cuántos podrán salvarse por tu generosidad! Pero ¡cuántos también podrán condenarse por su culpa, pero porque no han tenido familiares generosos, que los han encomendado al Señor! ¡Ofrece tu dolor a Dios y Él te bendecirá a ti y a tu familia!