¿Que sucede con la soberanía de los espacios geográficos en tiempo de globalización?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
LAS DIMENSIONES ESPACIALES DE LA GLOBALIZACIÓN
A) LA PERCEPCIÓN DEL ESPACIO.
De lo dicho hasta aquí resulta claro que los procesos de globalización van unidos a un cambio en la percepción del espacio.
De manera implícita o explícita los análisis en ciencias sociales poseen una cierta comprensión de qué es el espacio.6
Por lo general esa percepción del espacio va unida a pensarlo en una relación inmediata con el medio físico o territorio. Esta es la tradición no solamente de las corrientes geopolíticas basadas en el determinismo geográfico, sino también en la sociología, la ciencia política y la teoría del estado.
En esta última en especial, la unidad de organización política centralizada va unida siempre a un sustrato físico que es dominado y organizado desde el poder; ya sea como uno de los elementos del estado o como elemento fundamental, el territorio entendido como continuidad física delimitada entre fronteras está siempre presente.
Las ciencias sociales han vinculado siempre sus objetos de estudio a un determinado sustrato físico, “unidad geográfica elemental”; consciente o inconscientemente han sido ciencias territoriales construyendo una mediación privilegiada entre cultura y medio físico como paradigma predominante.
Sin embargo, esta percepción espacial parece estar siendo conmovida por los procesos de la globalización, obligándonos a repensar la forma en que percibimos el espacio.
Este no es una categoría abstracta. Las categorías de pensamiento tiempo y espacio están basadas en el fondo social que las constituye; envuelven y son permeables a las ideologías y concepciones del mundo.
Frente a los cambios que rearticulan las relaciones entre los hombres no se trata de hablar del vaciamiento o fin de la geografía sino de entender que clase de espacialidad implican dichos cambios.7
B) LOS ESPACIOS PLURALES DE LA GLOBALIZACIÓN.
Jacques Levy, pone de manifiesto la dificultad de comprender las tendencias del mundo venidero desde un punto de vista unitario.8
Los especialistas en relaciones internacionales, los economistas y los antropólogos construyen marcos teóricos en base a sus ejes temáticos (potencia, riqueza, culturas); y solamente en forma accesoria recurren a disciplinas diversas.
Cada uno de esos paradigmas ilumina una porción de los procesos en marcha: la dominación geopolítica existe, la economía mundo existe, las diferencias culturales existen.
A partir de esta comprobación el desafío consiste en mostrar cómo coexisten estos procesos en la realidad.
Para eso Levy recurre a un cuarto modelo resultante de los tres mencionados, el de la sociedad-mundo que permite un análisis unificado en lo positivo y en lo negativo.
En lo negativo, porque el mundo no es, al menos por ahora, mas que un conglomerado de sociedades, donde se observan procesos desordenados y heterogéneos de construcción de elementos de sociedad sólo en ciertos aspectos y a ritmos diferentes.
En lo positivo, porque existen tendencias que indicarían las crecientes interacciones sociales entre los hombres, grupos e instituciones del planeta y la constitución de una sociedad-mundo como horizonte histórico probable que permite comprender todos los elementos dispersos que van en esa dirección y que no encajan en los otros esquemas explicativos.
Para poner en comunicación estos distintos puntos de vista, hace falta otro de carácter transversal capaz de cortarlos a todos: el espacio.
La dimensión espacial, corresponde a una realidad universal, la lucha de los hombres contra la distancia; esta siempre presente en los fenómenos sociales sin pretender agotar su riqueza.
Permite al mismo tiempo acercarse a la distancia como divisora de las sociedades entre sí y como principio de organización de su vida interior.9
Seguir las percepciones y configuraciones espaciales nos da pistas para comprender el mundo.