¿que son las tradiciones bíblicas?¿cuales son?
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La tradición “yahvista”
La tradición más antigua recibe el nombre de “yahvista”, porque su autor utiliza desde el comienzo del relato el nombre de Yahvé, nombre propio del Dios de Israel, traducido habitualmente “el Señor” (Gn. 4. 26). Estas narraciones se distinguen por su estilo simple y sin artificios, que revelan el arte de un narrador consumado. El autor “yahvista” no expresa su pensamiento por medio de enunciados abstractos, sino mediante la selección y encadenamiento de narraciones, que recoge de la tradición oral y escrita de su pueblo. Sin perder nunca de vista la trascendencia de Dios, describe su acción con rasgos marcadamente antropomórficos.
El horizonte del “yahvista” es universal. Según su concepción, la historia del mundo se encuentra bajo el signo de la “maldición” introducida por el pecado (Gn. 3. 14-19). Pero la voluntad salvífica de Dios enfrenta al pecado, y con la elección de Abraham hace irrumpir la “bendición” en el mundo (Gn. 12. 1-3). El pueblo de Israel es el portador de esa bendición, y su presencia es germen de bendiciones para todos los pueblos.
La tradición “elohísta”
La segunda tradición se denomina “elohísta”, porque designa a Dios con el nombre de “Elohím” –palabra hebrea que significa “dios”– hasta el momento en que el nombre propio del Dios de Israel –o sea, Yahvé– es revelado a Moisés en el Sinaí (Éx. 3.15).
Esta tradición acentúa la distancia entre Dios y el hombre, y en ella, las revelaciones divinas se realizan con rasgos menos antropomórficos: Dios permanece invisible y habla desde el fuego o desde la nube; dirige a su Pueblo por medio de un profeta como Moisés, y comunica libremente el espíritu profético (Núm. 11. 25).
La tradición “sacerdotal”
Esta tradición se caracteriza por el predominio de las prescripciones legislativas, sobre todo, las referentes a la organización del Santuario y del culto, a las fiestas litúrgicas, y a las funciones del sacerdote Aarón y de sus hijos. Por eso se la designa con el nombre de “sacerdotal”.
Los textos jurídicos y rituales pertenecientes a esta tradición aparecen encuadrados en un marco narrativo, porque tanto las instituciones de Israel como las leyes que lo rigen, se fundan en las intervenciones salvíficas del Dios “santo”, que quiere crear para sí un Pueblo “santo”.
Los rasgos más salientes del estilo “sacerdotal” son las repeticiones, el gusto por la exactitud cronológica y númerica, las genealogías y la predilección por todo lo referente al culto.
La tradición “deuteronómica”
Las tres tradiciones antes mencionadas, aparecen entremezcladas en los cuatro primeros libros del Pentateuco. En cambio, la tradición “deuteronómica” –dentro del Pentateuco– se encuentra casi exclusivamente en el libro del Deuteronomio. Las características de esta tradición se describen en la introducción correspondiente
La tradición “yahvista”
La tradición más antigua recibe el nombre de “yahvista”, porque su autor utiliza desde el comienzo del relato el nombre de Yahvé, nombre propio del Dios de Israel, traducido habitualmente “el Señor” (Gn. 4. 26). Estas narraciones se distinguen por su estilo simple y sin artificios, que revelan el arte de un narrador consumado. El autor “yahvista” no expresa su pensamiento por medio de enunciados abstractos, sino mediante la selección y encadenamiento de narraciones, que recoge de la tradición oral y escrita de su pueblo. Sin perder nunca de vista la trascendencia de Dios, describe su acción con rasgos marcadamente antropomórficos.
El horizonte del “yahvista” es universal. Según su concepción, la historia del mundo se encuentra bajo el signo de la “maldición” introducida por el pecado (Gn. 3. 14-19). Pero la voluntad salvífica de Dios enfrenta al pecado, y con la elección de Abraham hace irrumpir la “bendición” en el mundo (Gn. 12. 1-3). El pueblo de Israel es el portador de esa bendición, y su presencia es germen de bendiciones para todos los pueblos.
La tradición “elohísta”
La segunda tradición se denomina “elohísta”, porque designa a Dios con el nombre de “Elohím” –palabra hebrea que significa “dios”– hasta el momento en que el nombre propio del Dios de Israel –o sea, Yahvé– es revelado a Moisés en el Sinaí (Éx. 3.15).
Esta tradición acentúa la distancia entre Dios y el hombre, y en ella, las revelaciones divinas se realizan con rasgos menos antropomórficos: Dios permanece invisible y habla desde el fuego o desde la nube; dirige a su Pueblo por medio de un profeta como Moisés, y comunica libremente el espíritu profético (Núm. 11. 25).
La tradición “sacerdotal”
Esta tradición se caracteriza por el predominio de las prescripciones legislativas, sobre todo, las referentes a la organización del Santuario y del culto, a las fiestas litúrgicas, y a las funciones del sacerdote Aarón y de sus hijos. Por eso se la designa con el nombre de “sacerdotal”.
Los textos jurídicos y rituales pertenecientes a esta tradición aparecen encuadrados en un marco narrativo, porque tanto las instituciones de Israel como las leyes que lo rigen, se fundan en las intervenciones salvíficas del Dios “santo”, que quiere crear para sí un Pueblo “santo”.
Los rasgos más salientes del estilo “sacerdotal” son las repeticiones, el gusto por la exactitud cronológica y númerica, las genealogías y la predilección por todo lo referente al culto.
La tradición “deuteronómica”
Las tres tradiciones antes mencionadas, aparecen entremezcladas en los cuatro primeros libros del Pentateuco. En cambio, la tradición “deuteronómica” –dentro del Pentateuco– se encuentra casi exclusivamente en el libro del Deuteronomio. Las características de esta tradición se describen en la introducción correspondiente
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