que similitudes hay entre el liberalismo y capitalismo del estado moderno
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Respuesta:
Su principal similitud es que Defienden el mismo interés personal y la búsqueda del máximo beneficio.Y además equilibran el mercado gracias al mecanismo de los precios que adapta la oferta y la demanda.
Para que el liberalismo impere, se requiere que el capitalismo exista.
Por: Ramón Díaz* AIPE.- 19 de octubre 1998 , 12:00 a.m.
Qué es un liberal? Para mí el concepto tiene tres ingredientes: el amor a la libertad, una idea de qué cosa sea la libertad y otra sobre el ámbito posible de la libertad, o sea un sistema que funciona sin un régimen centralizado de decisiones.
El amor a la libertad es básico, pero por libertad no todos entienden la misma cosa. Libertad o con gloria morir cantamos en el himno. Preferimos la muerte a la esclavitud porque amamos apasionadamente la libertad.
Con frecuencia oímos a alguien que protesta esa clase de sentimientos afirmar: soy liberal en política, pero no en economía . Entonces tenemos que presumir que, aun amando la libertad, no se trata de un liberal. .Que sí, tal vez, odia estar sujeto a una voluntad ajena, pero sólo cuando esa voluntad pertenece a un extranjero o a un gobernante de facto; mientras que le deja indiferente que un gobernante democrático decida por él a qué escuela irán sus hijos, quién será su proveedor de combustibles, con qué compañías podrá o no podrá contratar un seguro de vida, y cosas por el estilo.
La conciencia de que la libertad es la capacidad de elegir por uno mismo es el segundo rasgo de la fisonomía de un liberal.
Una razón frecuente de la anuencia de muchos a un ámbito muy reducido de libertad, con lo que no llegan a ser liberales, es la imposibilidad de concebir que las decisiones no concertadas de gran número de personas puedan conformar algo distinto de un caos. Creen que el orden, en cambio, resulta de la planificación, o al menos de la providente e infatigable intervención del Estado en la economía.
El liberal, en cambio, por el tercer componente de sus convicciones, cree en un tipo de orden que se configura espontáneamente; un orden que proviene de la acción de todos, pero del designio de nadie. Cree, dicho de otra manera, que si cada persona se ocupa de promover su propio interés, la interacción de muchos, en un ambiente competitivo, sin demasiada intervención gubernamental, genera un resultado previsible, que beneficia a todos, aparte de ser esencial a la libertad, ese valor supremo de la vida en sociedad.
Adam Smith, en 1776, comparó a ese orden con una mano invisible. La ciencia que explica cómo es posible que esto ocurra se llama ciencia económica .
Pura doctrina Tenemos ahora una idea de qué es un liberal. El liberalismo no es más que la doctrina de los liberales. Pero el sufijo ismo es una fuente inagotable de confusiones, porque, por ejemplo, el capitalismo no es la doctrina de los capitales, lo que no quiere decir nada.
El capital es una cosa concreta, hecha de máquinas, edificios, puentes, oleoductos, aeronaves, etc.; y el capitalismo también es una cosa, pero abstracta, un sistema que se caracteriza por que el capital sustancialmente es de propiedad privada, el trabajo es libre (es decir, no hay esclavos ni siervos) y los bienes y servicios, incluso los servicios que prestan los trabajadores, se transan en mercados.
Por mercados, dicho sea de paso, entendemos unas instituciones en que los agentes cooperan los unos con los otros sin saberlo; una forma de solidaridad que no sabe su nombre.
Porque si no existe, si el capital no es privado, sino colectivo, y los trabajadores son esclavos (recuerden que esclavo es el trabajador que no puede elegir a su empleador, como ocurría en la URSS, y ocurre en Cuba) no funcionarán los mercados, y la mano invisible sufrirá un ataque de parálisis.
Pero aunque, por lo dicho, el capitalismo es una condición necesaria para que el liberalismo pueda encarnarse en la realidad, no es al mismo tiempo una condición suficiente. De hecho, el capitalismo precedió al liberalismo en cosa de seis siglos. El capitalismo nació allá por el siglo XI, cuando, tras dos siglos de oscuridad, en que casi todas las ciudades desaparecieron, advino un primer renacimiento de la economía y la cultura y la vida urbana.