¿Qué significado tiene el apellido Dalhmann? En el cuento "El Sur" de Borges
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Borges y "El sur": Entre gauchos y compadritos
Explicación:
Borges sentía una gran admiración intelectual por su coterráneo Domingo Faustino Sarmiento, hasta llegar a pensar que era el argentino con una mejor formación cultural y un profundo conocimiento sobre lo que pudiéramos llamar la argentinidad, esencia sincrética de cualidades y defectos surgidos a partir del choque entre civilización (Europa) y barbarie (América) en el hombre nativo de la llanura argentina. Si bien es cierto que Sarmiento quiso divulgar en su tierra la enseñanza del francés, por ver en Francia el súmmum de la cultura universal, y manifestó, con ardor, la idea de que por los accidentes rudos y salvajes del suelo, del paisaje pampero, lo mismo que por el clima y por la presencia del indio y aun del gaucho, la tarea de civilizar o europeizar a Argentina era difícil en extremo, se pasó toda la vida tratando de entender al gaucho, al indio y a la pampa. A pesar de su eurolatría, las figuras que se destacan en su obra Facundo --una especie de polifonía genérica, pues tiene de historia, de novela y de ensayo--, son la del caudillo Facundo, surgida del pampeano arribista; la de los gauchos en sus diferentes tipos (baquiano, rastreador, cantor, matrero) y la de la pampa indómita. Decía Sarmiento: "Si un destello de literatura nacional puede brillar momentáneamente en las nuevas sociedades americanas, es el que resultará de la descripción de las grandiosas escenas naturales, y sobre todo de la lucha entre la civilización europea y la barbarie indígena, entre la inteligencia y la materia.
Esta tendencia hacia la sangre del abuelo materno se afirma en Dahlmann por la herencia cultural que le deja el abuelo Francisco Flores. Se dice en el relato: "Un estuche con el daguerrotipo de un hombre inexpresivo y barbado, una vieja espada, la dicha y el coraje de ciertas músicas, el hábito de estrofas del Martín Fierro, los años, el desgano y la soledad, fomentaron ese criollismo algo voluntario, pero nunca ostentoso". Es decir, a pesar de ser el secretario de una biblioteca —la típica profesión civilista, según Borges—, de vivir en el Norte, de haber estado aplazando su viaje de veraneo a la estancia en el Sur, Juan Dahlmann lleva en el alma un gaucho escondido que va a hacer la eclosión de su vuelo, como la mariposa de una larva fiel a su genética de alas, cuando se encuentre en el ámbito propicio de la llanura.
Considero que el Norte y el Sur de Buenos Aires, en el cuento de Borges, se presentan como los dos polos de la sociedad que describe José Luis Romero, cuando analiza el desarrollo de las ciudades latinoamericanas: "Una fue la sociedad tradicional, compuesta de clases y grupos articulados, cuyas tensiones y cuyas formas de vida transcurrían dentro de un sistema convenido de normas: era, pues una sociedad normalizada. La otra fue el grupo inmigrante, constituido por personas aisladas que convergían en la ciudad, que solo en ella alcanzaban un primer vínculo por esa sola coincidencia, y que como grupo carecía de todo vínculo y, en consecuencia, de todo sistema de normas: era una sociedad anómica instalada precariamente al lado de la otra como un grupo marginal". Según Romero, esa sociedad anómica (sin leyes) va a actuar fuertemente sobre la sociedad oficial, ignorando su sistema de normas primero y luego desafiándolo. Desde este punto de vista, los compadritos, inmigrantes que vinieron del campo, hacen parte del grupo anómico y por ello, en "El Sur", desafían a un representante de la sociedad normal, de tal modo que su acto, más que un duelo, constituye un asesinato, una violación de la norma.
Mientras Dahlmann trata de leer, el compadrito de la cara achinada "lo injurió a gritos, como si estuviera muy lejos. Jugaba a exagerar su borrachera y esa exageración era una ferocidad y una burla. Entre malas palabras y obscenidades, tiró al aire un largo cuchillo, lo siguió con los ojos, lo barajó, e invitó a Dahlmann a pelear".