Religión, pregunta formulada por neryna1701, hace 11 meses

Qué significa que va a ser "beatificado"?​


Ginatorres: es declarar que un difunto, cuyas virtudes han sido previamente certificadas, puede ser honrado con culto.

Respuestas a la pregunta

Contestado por mamasusanita
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Respuesta:

Que se considera a la persona, ya fallecida, por sus actitudes en la vida merece ser venerada públicamente y así es autorizado por decisión del Papa.

Explicación:

Qué es, pues una «beatificación»? Es una primera respuesta oficial y autorizada del Santo Padre a las personas que piden poder venerar públicamente a un cristiano que consideran ejemplar, con la cual se les concede permiso para hacerlo. La fórmula se dice precisamente en respuesta a la petición hecha por el obispo de la diócesis que ha promovido el proceso. La «beatificación» no impone nada a nadie en la Iglesia. Pide, eso sí, el respeto que merece una decisión del Papa, y el que merece la piedad de los hermanos cristianos. Por esto la memoria de los beatos no se celebra universalmente en la Iglesia, sino solamente en los lugares donde hay motivo para hacerlo y se pide. Incluso en estos casos, excepto cuando se trata del fundador de una congregación, o de un patrono, o de la Iglesia donde está enterrado, la memoria es siempre libre y no obligatoria, para respetar el carácter propio de la beatificación. La fórmula de la beatificación puede proclamarla otro distinto del Papa, por ejemplo, un cardenal, en nombre suyo. Así se hacía habitualmente hasta los tiempos de Pablo VI, que empezó a hacer personalmente las beatificaciones.

Para la beatificación de un mártir es suficiente la declaración oficial de su martirio por parte de la Iglesia, por ello no se requiere ni el proceso de virtudes heroicas ni tampoco el milagro, que, en cambio, se exige para la canonización. En el caso de los nueve mártires de Turón y del hermano Jaime Hilario Barbal Cosán, fue presentada para su canonización -que tuvo lugar en el Vaticano el 21 de noviembre de 1999- la curación milagrosa de Rafaela Bravo Jirón, de veinticinco años, natural de León (Nicaragua), maestra, a la que se le detectó un tumor altamente maligno en el útero, incurable con medios científicos, porque el tumor era necrótico y sangrante y la infiltración llegaba hasta los huesos; por ello tuvieron que extirparle el útero y dada la gravedad de la situación, los médicos no le daban más de cinco años de vida. Precedentemente dicha señora había sido hospitalizada cuatro veces a causa de otros tantos episodios abortivos incompletos. El mismo día de la beatificación de los citados mártires (domingo 29 de abril de 1990), y después de haber pedido con gran fe y devoción su invocación mediante dos novenarios de oraciones, repentinamente la enferma sufrió tremendos dolores en el bajo vientre con expulsión desde la vagina de un coágulo lleno de sangre. Inmediatamente sintió una notable mejoría, que prosiguió en los meses y años sucesivos hasta llegar a su curación completa, sin que los médicos hayan podido explicarlo científicamente. La señora Bravo Jirón atribuye todo esto a la Intercesión de los Hermanos de la Salle, mártires que el Papa estaba beatificando en Roma. Diez años después, la enferma se encuentra totalmente restablecida y la curación total, perfecta y duradera ha sido considerada milagrosa, es decir, inexplicable desde el punto de vista científico, tanto por los médicos que han tratado a dicha señora en Nicaragua como por el colegio de médicos que ha examinado el caso en el Vaticano. De este modo se ha conseguido en poco tiempo la primera canonización de los primeros mártires de la persecución religiosa española, que son, al mismo tiempo, los primeros santos españoles del siglo XX.

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