Que significa que la sexualidad es autónoma?
Respuestas a la pregunta
Explicación:
La autonomía para mí es un valor fundamental. Entiendo por autonomía la capacidad de tomar decisiones, con información, criterio propio y la mayor certeza posible de no equivocarse respecto al beneficio personal y de los otros. Por eso me pareció fundamental que fuera uno de los objetivos de formación de la institución donde trabajo y que guiara como objetivo las diferentes decisiones de directivos y docentes en los programas académicos, la forma de administrarlos y de presentar las oportunidades y opciones a los estudiantes. Creo firmemente que sin autonomía uno puede volverse víctima de los demás, quedar sometido a la voluntad de otros y tomar decisiones equivocadas en detrimento de su propio desarrollo. Obviamente, en el ejercicio de la autonomía también podemos equivocarnos, pero es bueno tener la oportunidad de aprender de los errores.
Por autonomía, considero que todas las personas deben tener acceso a la información sobre las consecuencias de sus actos y, en particular, en el caso que quiero tratar hoy, sobre su conducta sexual y sus diferentes opciones. Desde hace años, he realizado una investigación sobre por qué a veces las mujeres se ven frente a un embarazo indeseado y qué tanto sirve la información acerca de los métodos de control natal. Una de las conclusiones que en su momento me pareció adecuada, a partir de las encuestas y entrevistas realizadas a adolescentes y mujeres jóvenes, es que parece que la información que se recibe en el colegio sobre el manejo de la sexualidad, es como cualquier otra información: ¡no se ve relación entre esa información y la conducta propia! Se percibe tan distante a la propia realidad que se "aprende" sin ser asimilada, sin hacer la conexión vital entre lo que se está "aprendiendo" y la conducta real. Esto me confirma que las metodologías de enseñanza tienen mucho qué ver en el aprendizaje y la asimilación de la información como también en la formación de los estudiantes. No se trata de dejar de dar información sobre historia, política, ambiente. o, en este caso, sobre sexualidad, porque tenerla puede ampliar el espectro de comprensión y podría aumentar la autonomía en las decisiones. Pero hay que cambiar las formas de desarrollar el proceso de enseñanza-aprendizaje buscando partir desde las necesidades del estudiante, de sus inquietudes, de sus expectativas, para que pueda apropiarse de manera activa de lo que está aprendiendo y pueda darle sentido dentro de su momento de vida, a la historia, a la literatura, a la física y a la sexualidad.
Estoy convencida, por mi propia experiencia docente, que entre más activa sea la participación del estudiante en su aprendizaje más puede incorporar lo aprendido e integrarlo con el resto de sus conocimientos e intereses. Pero como "los adultos" definimos lo que han de aprender, en su mayoría los estudiantes desarrollan una actitud pasiva frente al estudio y frente a la vida. Parecen buscar el camino más fácil posible y terminan por esperar que otros decidan por ellos.
Creo que esto va en contra del desarrollo de la autonomía. La ausencia de este desarrollo quizá permite entender dos hechos muy diferentes relacionados con la sexualidad: en primer lugar que muchos adolescentes, hombres y mujeres, no asuman el control de su sexualidad de manera activa y responsable, lo cual se expresa en el aumento de embarazo adolescente como lo muestran las estadísticas. Estos embarazos sorpresa son consecuencia de la falta del ejercicio de su autonomía. Y en segundo lugar, que con tanta frecuencia estemos en la disposición de dejar que la ley decida por la mujer que está ante un embarazo producto de una violación o que se sabe que llevarlo a término puede tener graves consecuencias para su salud o incluso para su vida o la vida del feto. En el ejercicio de su autonomía, la mujer, con su pareja si es del caso, debería tener al menos la posibilidad de decidir si quiere o quieren tener ese hijo o no.