que se entiende de la canción pescao envenenao, doy corona
Respuestas a la pregunta
Chocó, un pueblo que vive y cobra sentido a partir de sus ríos, como ejes de desarrollo, transporte y sobre todo alimentación, se enfrenta a la incertidumbre de no poder comer pescado tranquilamente.
Explicación:
cOrona o seguirme
¡Hola jhustyn8! Aquí abajo la respuesta
Chocó, un pueblo que vive y cobra sentido a partir de sus ríos, como ejes de desarrollo, transporte y sobre todo alimentación, se enfrenta a la incertidumbre de no poder comer pescado tranquilamente.
El paisaje de Condoto es pintado por una lluvia constante, un río ancho que abraza al pueblo por el norte, una quietud en las calles que asusta y una camiseta de ChocQuibTown cada diez habitantes. La agrupación natal de este pequeño pueblo minero ha mordido un bocado de éxito en la industria musical con gritos de identidad y entre ellos, un par de protesta. “Yo no me como ese pescado así sea del Chocó, ese pescado envenenado ese no lo como yo”. Aunque no está claro a qué hacen referencia exactamente con la canción, cuando le preguntan a los chocoanos por el mercurio en los peces, varias veces terminan entonando este coro. Además de un estribillo pegajoso, para el departamento esta canción representa una verdad que ha cambiado la vida de los locales desde la base de su economía, su alimentación y su estilo de vida.
Toxicólogos de la Universidad de Cartagena publicaron recientemente un estudio sobre la contaminación del mercurio por la minería de oro en la región biogeográfica del Chocó. Para el estudio analizaron un total de 258 peces, de 16 especies que fueron capturados en febrero de 2016 con la ayuda de pescadores locales en 11 lugares diferentes en el río Atrato, cubriendo lugares tradicionales de pesca, pantanos y bocas de varios afluentes. Al analizar los peces se encontraron que los valores totales de mercurio en ellos variaron entre 0.01 mg/g (microgramos por gramo) y 3.88 mg/g, los mismos resultados mostraron concentraciones más altas en especies carnívoras como el bagre sapo (Pseudopimelodus schultzi), la doncella (Ageneiosus pardalis), el quícharo (Hoplias malabaricus), el barbudo (Rhamdia quelen), y el veringo (Sternopygus aequilabiatus). Para cada una de estas especies el nivel total de mercurio estuvo por encima del recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para consumo humano (0.5 mg/g) y se encontraron al menos tres veces por encima de los límites establecidos, el bagre sapo, una especie altamente consumida por los rivereños fue la que presentó la medida más alta con un promedio 2.01 partes por millón.
Para Jorge Perea, un líder minero de Condoto, hace falta un estudio que abarque mayor territorio, personas y peces, este corpulento minero ya entrado en años, habla a orillas del río San Juan sobre lo que implica en el imaginario de las poblaciones la idea de no poder comer pescado, “Es que haya poca oferta alimentaria, por ejemplo, en el río Atrato hay bocachico y por todos los impactos negativos ya la oferta de bocachico es mínima, ya está demostrado que hay bocachicos contaminados con mercurio. En el tema del mercurio uno no puede escandalizarse que: ¡Ay tan contaminado!, no. Vamos despacito, hagamos una investigación seria porque puede ser verdad o puede ser mentira… Hay que ir muy despacito porque es muy delicado decir que está contaminado, pues es una fuente principal de alimentos para estos pueblos tan pobres.”