que se dio en la ciudad dentro de italia
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
En Italia se preservó una fuerte vida urbana que había desaparecido virtualmente en el resto de Europa. Algunas ciudades y sus instituciones urbanas sobrevivieron en Italia durante la Alta Edad Media. Muchas de esas ciudades eran a su vez antiguas ciudades etruscas y romanas que habían existido dentro del Imperio romano. Las instituciones republicanas de Roma también habían sobrevivió en la mayor parte de ellas, la penetración militar bizantina reforzó el lazo de dichas ciudades con las extintas instituciones romanas, evitando que se formaran grandes estados duraderos en la península itálica.
Cabe citar que incluso a la caída del Imperio romano, la región de la actual Italia era la zona más poblada y más rica del desaparecido Imperio, solo superada por el Asia Menor dominada por Bizancio; ello facilitaba que las ciudades italianas pudieran sobrevivir de modo autónomo, en una forma que estaba fuera del alcance de otras antiguas ciudades romanas situadas en zonas más lejanas (como España, Inglaterra o Francia).
Algunos señores feudales disponían de gran cantidad de mano de obra servil y grandes propiedades de tierra, pero ya por el siglo XI, muchas ciudades, entre ellas Venecia, Milán, Florencia y Génova, se habían convertido en grandes metrópolis comerciales, capaces de conquistar la independencia respecto de sus soberanos formales.
Génova en 1493
De hecho Italia entre el siglo XI y el XIII era muy diferente del resto de la Europa feudal al norte de los Alpes. Los historiadores Marc Bloch y Fernand Braudel argumentaron que la geografía influenció determinantemente en la historia de la región. Dentro de la península itálica hay una gran diversidad geográfica. Italia está cortada en numerosas pequeñas regiones por las montañas, particularmente la cadena de los Apeninos, que en siglos pasados harían muy dificultosa la comunicación entre ciudades.
La llanura padana (que toma su nombre del río Po o Padus) era, sin embargo, una excepción, siendo la única área extensa de pastos continuos, la mayoría de las ciudades-estado que cayeron ante invasiones extranjeras estaban situadas en esa zona. Así, aquellas que sobrevivieron por más tiempo se encontraban en las regiones más rocosas, como Florencia (o Venecia defendida por su laguna), no obstante, hubo ciudades en la llanura padana que, gracias a su riqueza, pudieron sobrevivir y rechazar invasores paulatinamente.
Ya que un ataque sorpresivo de un ejército extranjero a través de los Alpes era muy difícil, los príncipes alemanes del Sacro Imperio Romano Germánico no podían ejercer el control sostenido y efectivo sobre sus estados vasallos italianos, y así Italia estaba substancialmente libre de interferencia política germana, gestándose una dependencia solo nominal frente a una gran autonomía en la práctica, al extremo que en el siglo XII las ciudades italianas ya eran capaces de derrotar a los ejércitos del Sacro Imperio en el campo de batalla. Así pues, no surgieron fuertes monarquías como en el resto de Europa, en vez de ello emergerían las ciudades-estado independientes.
Situación y evolución
Aunque persistieron esas sensibilidades romanas, urbanas y republicanas, también hubo muchos movimientos y cambios en la región de la época. Italia primero experimentó los cambios europeos del siglo XI al XIII. Estos eran típicamente:
un fuerte aumento demográfico, la población se dobló en este periodo.
un emerger de las grandes ciudades (en Italia superaban los 100 000 habitantes por el siglo XIII Venecia, Florencia y Milán, y muchas otras sobrepasaban los 50 000 como Génova, Bolonia o Verona).
la reconstrucción de las grandes catedrales.
migración sustancial del campo a la ciudad (en Italia el ratio de urbanización alcanzaba el 20 %, el más alto de Europa en su tiempo).
una revolución agraria.
el desarrollo del comercio.
Entrada del Arsenal de la República de Venecia
Se ha estimado que la renta per capita del norte de Italia casi se triplicó del siglo XI al XV. Esta era una sociedad expansiva demográficamente con una alta movilidad, incentivada por la rápida expansión del comercio y el hecho que el clima mediterráneo y la fetilidad de la tierra favorecían la agricultura, mientras que otras zonas de Europa (Alemania, Francia o Inglaterra) tenían su territorio dominado por densos bosques que dificultaban la agricultura extensiva, y un riguroso invierno que no aseguraba grandes cosechas. Por el siglo XIII el norte y centro de Italia se habían convertido en la sociedad más alfabetizada de Europa. El cincuenta por ciento de la población masculina podía leer en su lengua vernácula (un porcentaje sin precedente desde el declive del Imperio romano), al igual que una pequeña pero significativa proporción de mujeres.
Explicación: