¿Que sabemos sobre la supervivencia de las plantas y los animales en distintos medios?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Los animales y las plantas se adaptan a los cambios climáticos
Lo que dice la ciencia...
Un gran número de extinciones masivas han estado muy relacionadas con el cambio climático. Debido a la gran rapidez del actual cambio climático, el modo en que las especies sueelen adaptarse (ej. migración) es, en muchos casos, simplemente imposible. El cambio global es sencillamente demasiado dominante y está sucediendo demasiado rápido.
El argumento escéptico...
Los animales y las plantas pueden adaptarse al cambio climático
Los corales, los árboles, los pájaros, los mamíferos y las mariposas se están adaptando bien a la rutinaria realidad de un clima cambiante (fuente: Hudson Institute).
El ser humano está transformando el medio ambiente global. Grandes áreas de bosque templado en Europa, Asia y Norteamérica han desaparecido durante los últimos siglos debido a la agricultura, la obtención de madera y el desarrollo urbanístico. Los bosques tropicales están ahora en primera línea. La invasión de especies de plagas, competidores y depredadores está aumentando exponencialmente con la ayuda del ser humano, y la sobreexplotación de la pesca, y de animales silvestres, al borde del colapso, continúa siendo la regla más que la excepción.
A la cabeza de todo esto ha estado una expansión de la población que se ha multiplicado por seis desde el año 1800 y una economía cuyo tamaño global se ha multiplicado por cincuenta. La gran empresa humana moderna se ha construido sobre la base de la explotación del medio ambiente. En la actualidad, hasta un 83% de la superficie continental del planeta está bajo la influencia directa del ser humano, y dominamos por completo el 36% de la superficie bioproductiva. Hasta la mitad de la escorrentía de agua dulce del mundo es hoy en día capturada para el uso humano. La industria convierte más nitrógeno en formas reactivas que todos los procesos naturales del planeta, y nuestros procesos industriales y agriculturales están produciendo una acumulación de gases de efecto invernadero hasta niveles sin precedentes en al menos los últimos 800.000 años y posiblemente mucho más.
Es evidente que esta dominación planetaria de la sociedad humana va a tener implicaciones para la biodiversidad. Ciertamente, un informe reciente sobre este asunto, el informe de Evaluación de los Ecosistemas del Milenio de 2005 (un estudio medioambiental de una escala similar a los del IPCC sobre el cambio climático), sacó algunas sombrías conclusiones: el 60% de los ecosistemas del mundo están hoy en día degradados y la tasa de extinciones es actualmente entre cien y mil veces mayor que la tasa “de fondo” de escalas geológicas. Por ejemplo, un estudio que dirigí en 2003 mostró que hasta el 42% de las especies del sudeste asiático podrían estar abocadas a la extinción para el año 2100 considerando únicamente la deforestación y la fragmentación de su hábitat.
Southeast Asian extinctions projected due to habitat loss
Figura 1: extinciones proyectadas en el sudeste asiático debido a la pérdida de hábitat (fuente: Sodhi, N. S., Koh, L. P., Brook, B. W. & Ng, P. K. L. 2004).
Dadas todas estas presiones y trastornos, es razonable preguntarse si el calentamiento global hará alguna contribución adicional significativa a este embrollo. Algunos, como los escépticos S. Fred Singer y Dennis Avery, no ven ningún peligro en absoluto; mantienen que un planeta más cálido será beneficioso para la humanidad y otras especies, y que los “corales, árboles, pájaros, mamíferos y mariposas se están adaptando bien a la rutinaria realidad de un clima cambiante”. Además, aunque el cambio cilmático preocupa a los biólogos de la conservación, no es el objeto de la mayoría de investigadores (actualmente), fundamentalmente, creo, por la severidad e inmediatez del daño causado por otras amenazas.
El calentamiento global, ciertamente, ha afectado ya a los rangos de distribución geográfica de las especies y a sus pautas de reproducción, migración, florecimiento, etc. Pero extrapolar estos impactos observados a predicciones de riesgos de extinción futura es un difícil. El estudio más conocido hasta la fecha, realizado por un equipo de Reino Unido, estimó que entre el 18 y el 35% de las especies animales y vegetales estarán abocadas a la extinción hacia el año 2050 debido al cambio climático. Este estudio, que utilizó un enfoque simple consistente en estimar la variación de rangos geográficos de las especies tras ajustarlo a las actuales condiciones bioclimáticas, provocó un intenso debate. Algunos argumentaron que era demasiado optimista o demasiado incierto porque dejaba fuera la mayoría de detalles ecológicos, mientras que otros dijeron que posiblemente era demasiado pesimista, basándose en lo que sabemos de la respuesta de las especies y la aparente resiliencia a anteriores cambios climáticos del registro fósil (ver más abajo).