que relacion tiene la diversidad social con la discriminacion
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La discriminación religiosa adquiere una dimensión institucional desde la cual, en términos del constructivismo social, se conforma una matriz de significados desde la cual es interpretada.Una reflexión sobre la importancia de la tolerancia a la
diversidad en el proceso educativoIntroducción
El proceso social se desarrolla en un contexto sociohistórico
específico, actualmente caracterizado por la
globalización. Tal como afirma Giddens (1998), la globalización
produce efectos en la conformación de las subjetividades
de los agentes sociales, y en consecuencia,
conduce a una instancia de reflexividad institucional
nunca antes conocida.
En general, asimismo, es posible advertir que se asiste
a un proceso simultáneo de individuación y privatización
de lo religioso, en conjunto con una progresiva
exteriorización de las manifestaciones religiosas en el
espacio público. Este doble movimiento, paradójico y
complementario, conforma el escenario sobre el cual se
desenvuelve el actuar mundano de las diferentes confesiones
religiosas y creencias. Todo ello en el marco más
amplio de una circulación de agentes sociales, y fundamentalmente,
de diferentes sentidos y construcciones
sociales acerca de “lo religioso”.
Sobre la discriminación social
Es importante reconocer que todas las sociedades humanas
conocidas, en todos los tiempos, han ejercido
actos de diferenciación social. El reconocimiento de la
propia identidad exige la construcción de una alteridad,
basada fundamentalmente en las diferencias. No
obstante, es necesario reconocer una distinción primordial
entre esta forma de diferenciación social, conocida
como heterofobia, y que conforma al “otro” a partir del
miedo o la sensación de confusión frente a la existencia
de sujetos diferentes a uno mismo (Todorov, 1991).
La discriminación se asocia con otra forma de racismo,
conocido como racialismo, y que se relaciona con la
construcción ideológica de la alteridad, la cual se presenta
como entidades jerárquicas y contrapuestas (Grüner,
2010). El racismo y la discriminación se conforman
como fenómenos modernos, vinculados a la emergencia
del estado-nación, y que tienden a segmentar al conjunto
de la población humana en agrupamientos más
pequeños (y opuestos entre sí) a partir de un conjunto
de estereotipos y construcciones ideológicas (Bauman,
2003).
Originariamente, el término “discriminación” (del latín
discriminatio) designaba la propiedad de percibir distinciones
entre distintos fenómenos, o bien la capacidad
de ser selectivo con el juicio particular de un individuo.
Ambos significados siguen teniendo vigencia. Pero es
indudable que en la actualidad el significado se ha modificado,
y han surgido nuevas acepciones del término.
Dentro de la tradición sociológica preocupada por el
tema de la discriminación existen diferentes puntos
de vista para el análisis y tratamiento teórico de la temática.
Una línea de investigación considera a la discriminación
como un comportamiento individual que
limita de alguna manera las oportunidades de acción de
un grupo. Esta forma de aproximación al fenómeno, de
tipo individualista, resulta algo insuficiente para comprender
en profundidad un fenómeno multi-causal tal
como es la discriminación. Por el contrario, otra línea
de tradición e investigación sociológica considera que
la discriminación no puede ser entendida como un acto
individual aislado, sino por el contrario, como el conjunto
de un sistema complejo de relaciones sociales que
produce desigualdades entre grupos, generando como
resultado un conjunto de productos sociales objetivados
que manifiestan tal situación de origen (Pettigrew y
Taylor, 2001). Esta definición resulta algo más adecuada,
en tanto incorpora algunos elementos relevantes que
deben ser considerados al momento de analizar científicamente
la realidad social. Por un lado, la certeza que
“lo social” tiene una realidad objetiva supra-individual,
la cual se encuentra en íntima relación con las relaciones
sociales y la capacidad de agencia de los individuos
(Giddens, 1995). Por otro lado, la idea de producto social
objetivado, dado que la discriminación encuentra
en los “actos discriminatorios” el vehículo para producirse
y reproducirse una y otra vez, de manera perenne.
Son dichos actos los productos objetivados de un sistema
complejo de relaciones sociales.
diversidad en el proceso educativoIntroducción
El proceso social se desarrolla en un contexto sociohistórico
específico, actualmente caracterizado por la
globalización. Tal como afirma Giddens (1998), la globalización
produce efectos en la conformación de las subjetividades
de los agentes sociales, y en consecuencia,
conduce a una instancia de reflexividad institucional
nunca antes conocida.
En general, asimismo, es posible advertir que se asiste
a un proceso simultáneo de individuación y privatización
de lo religioso, en conjunto con una progresiva
exteriorización de las manifestaciones religiosas en el
espacio público. Este doble movimiento, paradójico y
complementario, conforma el escenario sobre el cual se
desenvuelve el actuar mundano de las diferentes confesiones
religiosas y creencias. Todo ello en el marco más
amplio de una circulación de agentes sociales, y fundamentalmente,
de diferentes sentidos y construcciones
sociales acerca de “lo religioso”.
Sobre la discriminación social
Es importante reconocer que todas las sociedades humanas
conocidas, en todos los tiempos, han ejercido
actos de diferenciación social. El reconocimiento de la
propia identidad exige la construcción de una alteridad,
basada fundamentalmente en las diferencias. No
obstante, es necesario reconocer una distinción primordial
entre esta forma de diferenciación social, conocida
como heterofobia, y que conforma al “otro” a partir del
miedo o la sensación de confusión frente a la existencia
de sujetos diferentes a uno mismo (Todorov, 1991).
La discriminación se asocia con otra forma de racismo,
conocido como racialismo, y que se relaciona con la
construcción ideológica de la alteridad, la cual se presenta
como entidades jerárquicas y contrapuestas (Grüner,
2010). El racismo y la discriminación se conforman
como fenómenos modernos, vinculados a la emergencia
del estado-nación, y que tienden a segmentar al conjunto
de la población humana en agrupamientos más
pequeños (y opuestos entre sí) a partir de un conjunto
de estereotipos y construcciones ideológicas (Bauman,
2003).
Originariamente, el término “discriminación” (del latín
discriminatio) designaba la propiedad de percibir distinciones
entre distintos fenómenos, o bien la capacidad
de ser selectivo con el juicio particular de un individuo.
Ambos significados siguen teniendo vigencia. Pero es
indudable que en la actualidad el significado se ha modificado,
y han surgido nuevas acepciones del término.
Dentro de la tradición sociológica preocupada por el
tema de la discriminación existen diferentes puntos
de vista para el análisis y tratamiento teórico de la temática.
Una línea de investigación considera a la discriminación
como un comportamiento individual que
limita de alguna manera las oportunidades de acción de
un grupo. Esta forma de aproximación al fenómeno, de
tipo individualista, resulta algo insuficiente para comprender
en profundidad un fenómeno multi-causal tal
como es la discriminación. Por el contrario, otra línea
de tradición e investigación sociológica considera que
la discriminación no puede ser entendida como un acto
individual aislado, sino por el contrario, como el conjunto
de un sistema complejo de relaciones sociales que
produce desigualdades entre grupos, generando como
resultado un conjunto de productos sociales objetivados
que manifiestan tal situación de origen (Pettigrew y
Taylor, 2001). Esta definición resulta algo más adecuada,
en tanto incorpora algunos elementos relevantes que
deben ser considerados al momento de analizar científicamente
la realidad social. Por un lado, la certeza que
“lo social” tiene una realidad objetiva supra-individual,
la cual se encuentra en íntima relación con las relaciones
sociales y la capacidad de agencia de los individuos
(Giddens, 1995). Por otro lado, la idea de producto social
objetivado, dado que la discriminación encuentra
en los “actos discriminatorios” el vehículo para producirse
y reproducirse una y otra vez, de manera perenne.
Son dichos actos los productos objetivados de un sistema
complejo de relaciones sociales.
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nose mentira
Explicación paso a paso:
La discriminación religiosa adquiere una dimensión institucional desde la cual, en términos del constructivismo social, se conforma una matriz de significados desde la cual es interpretada y re-significada toda práctica social. En este sentido, la habitualización, tipificación y sedimentación de prácticas sociales discriminatorias confirma el carácter perenne de este fenómeno social, y en particular, legitima relaciones sociales de subordinación de ciertos grupos sociales frente a otros.
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Explicación:
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