Qué relación hay entre los hechos económicos,
tecnológicos, políticos y culturales con los literarios?
Respuestas a la pregunta
Respuesta: Conferencia en homenaje a Jaime Jaramillo Uribe, en el momento de su sepelio en Bogotá. In memoriam. Versión de la Conferencia dictada por el Profesor Álvaro Tirado Mejía. Conferencia organizada por el Proyecto Institucional "Alianza Ruta del Bicentenario" en conjunto con el Doctorado y Maestría en Historia de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.
Muchas gracias por esta invitación tan obligante, me siento orgulloso de estar aquí con el doctor Javier Guerrero y con ustedes. En otras ocasiones he tenido la oportunidad de estar aquí en la universidad en Tunja, siempre es muy grato y espero que esta no sea la última vez que puedo intercambiar con ustedes.
El título de la conferencia está basado en mi último libro "Los años sesenta, una revolución en la cultura". Le voy a dar un pequeño giro a lo que tenía pensado, que era hacer el marco internacional, e insistir en ello y luego tomar algunos aspectos del libro. Voy a disminuir un poco la parte internacional con motivo de este luctuoso día del funeral de nuestro colega Jaime Jaramillo y quiero situarme en el campo de la cultura donde, Jaime Jaramillo, era un maestro, un gran historiador.
El libro trata de acontecimientos de hace medio siglo. Como estamos en un medio donde muchos de ustedes son o van a ser historiadores o trabajamos ciencias sociales, surge una pregunta. En la presentación que hice de él en Madrid en la Casa de América, uno de los presentadores, Carlos Malamud, decía algo que es válido. Estos son acontecimientos contemporáneos y la pregunta que surge es ¿si el historiador puede tratar asuntos que ha vivido, que son relativamente contemporáneos? O esto es tema para el periodista, para el politólogo o algo así por el estilo y el historiador debe dedicarse a asuntos que impliquen que todo lo que allí esta tratado y todos los que participaron estén muertos. Yo realmente me niego a estar muerto para poder tratar estos temas. La historiografía colombiana ha evolucionado, y a diferencia de lo que acontecía hace cincuenta años cuando la historiografía colombiana era muy atrasada, muy tradicional, con muy pocas obras de valor, hoy es de las más avanzadas que hay en América Latina y realmente tiene estándares internacionales; han proliferado las carreras, los institutos de historia, hay profesionales de la historia, y muy buenos investigadores. Sin, embargo uno nota que la producción historiográfica, y lo veo por las tesis de grado que a veces me toca mirar, gran parte se quedó en la colonia, cuando más, con motivo de los doscientos años de la independencia se dio un avance cronológico, pero paulatinamente empiezan a desaparecer los trabajos sobre el siglo XIX y casi no los hay sobre el siglo XX. Esto no quiere decir que no los haya del todo, hay buenos, pero yo le aplico a esa situación lo que un gran historiador venezolano, Germán Carrera Damas, decía de la historiografía de su país, que esta tiene horror a lo contemporáneo y yo diría que aquí también tenemos horror a lo contemporáneo. Hay salvedades, por ejemplo en lo referente a la violencia reciente de la mitad del siglo XX en adelante. Sobre ella ha habido una profusión de trabajos, hasta el punto de que en este país tenemos una profesión que no existe en ninguna otra parte del mundo que es la de "violentólogo". Ha habido muy buenos trabajos, se ha avanzado mucho en este campo, pero en el de la biografía, de la historia política o de las relaciones internacionales de Colombia, para citar algunos temas, existen grandes carencias. La historia económica que se desarrolló mucho en un momento empieza a ceder su espacio a los simples economistas. Eso, entre otras cosas, me motivó a escribir un texto sobre un período reciente, con énfasis en el entorno internacional y su incidencia en la situación colombiana especialmente en el
Explicación: