¿Qué relación existió entre el modelo agroexportador y las llamadas “campañas del
desierto”?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:Parafraseando la frase de Emilio Daireaux, “en América nadie es extranjero”1
, en este
capítulo trabajaremos sobre el carácter singular que dicho axioma tuvo finalmente en la
República Argentina de las tres últimas décadas del siglo XIX y comienzos del XX, y de
qué manera bajo esta premisa se problematizó la gobernabilidad del país. En los capítulos anteriores hemos avanzado sobre la cuestión de la inmigración europea hacia la Argentina como uno de los principales pilares sobre los que se asentó el proyecto liberal
de la nación, impulsado a partir de los gobiernos de Mitre, Sarmiento, Avellaneda y Roca, como concreción de los debates que atravesaran al país desde la independencia.
Aquí trabajaremos sobre la planificación estatal orientada a plasmar aquéllas ideas “civilizatorias” en los hechos. La afluencia de inmigrantes europeos, resultado de la promoción del país en el exterior a través de múltiples mecanismos –como fueron las exposiciones internacionales, los contactos de las clases gobernantes con las potencias europeas inversoras en el país y la intensificación del tráfico marítimo entre Argentina y
Europa- determinó la necesidad de desarrollar acciones de control de estos desplazamientos por parte del país receptor (realidad compartida también por Uruguay y Brasil).
Este control de la migración tuvo como objetivo asegurar una adaptación de los recién
llegados al nuevo medio, que fuera beneficiosa para los objetivos del país de acogida, así
como regular posibles riesgos derivados de la misma, en un primer momento las epidemias y más tarde las conductas sociales “indeseables”, como la mendicidad o el activismo sindical. Antes de centrarnos en el tema, cabrá recordar cuál era la realidad poblacional argentina cuando este proyecto se ponía en marcha
Explicación: espero que te sirva