¿Qué
relación existe entre los bestiarios medievales y el discurso de García Márquez?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Antonio Pigafetta, un navegante florentino que acompañó a Magallanes en el primer viaje alrededor
del mundo, escribió a su paso por nuestra América meridional una crónica rigurosa que sin embargo
parece una aventura de la imaginación. Contó que había visto cerdos con el ombligo en el lomo, y
unos pájaros sin patas cuyas hembras empollaban en las espaldas del macho, y otros como alcatraces
sin lengua cuyos picos parecían una cuchara. Contó que había visto un engendro animal con cabeza
y orejas de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y relincho de caballo. Contó que al primer nativo
que encontraron en la Patagonia le pusieron enfrente un espejo, y que aquel gigante enardecido
perdió el uso de la razón por el pavor de su propia imagen. Este libro breve y fascinante, en el cual ya
se vislumbran los gérmenes de nuestras novelas de hoy, no es ni mucho menos el testimonio más
asombroso de nuestra realidad de aquellos tiempos. Los Cronistas de Indias nos legaron otros
incontables. El Dorado, nuestro país ilusorio tan codiciado, figuró en mapas numerosos durante largos
años, cambiando de lugar y de forma según la fantasía de los cartógrafos (García Márquez, 1982)
Explicación: