Qué relación establece entre la historia de Richard y la violencia en Colombia
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La historia de Colombia ha sido una sucesión de pequeñas y grandes manifestaciones de
violencia. Desde las guerras de independencia, pasando por las guerras del siglo XIX, y
por una innumerable cantidad de alzamientos, revoluciones y montoneras menores,
hasta llegar al punto álgido de la violencia como institucionalidad paralela: la muerte de
Gaitán, el Bogotazo y los años de la Violencia. Pensar que los orígenes de tales
manifestaciones de «la política por otros medios» fuesen el resultado de las mismas
causas, consecuencias de los mismos procesos o, al menos, gritos comunes ante
privaciones similares, sería bastante simplista. Pues, mientras el país se mueve, y
cambia su realidad, la violencia permanece perenne. Sobrevive la violencia en sus odios
y en sus fantasmas, en los vencidos y en los vencedores. La guerra, y toda apelación a la
violencia, quedaban como una ocupación contingente pero común. Ni siquiera las
generaciones de colombianos que han vivido en paz se han librado de su espectro: ya
que “En nuestra historia nacional los odios heredados sirvieron durante mucho tiempo, de
detonante de nuestras guerras” (Sánchez, 2003).
En nuestro país, el culto a la memoria es mucho más ambiguo puesto que puede cumplir
diferentes funciones. Para Sánchez (2003), la relación memoria y olvido está
condicionada con los otros acontecimientos de las estructuras sociales y de poder del
presente, es decir de lo que merezca ser olvidado, para vivir sanamente el presente y
trasformar el futuro.