Qué reflexión nos deja el el texto bíblico de Lc. 23, 44 – 46
Respuestas a la pregunta
Respuesta: Recordemos una vez más que Lucas estaba escribiendo desde el punto de vista de un médico. Había presenciado la muerte de muchas personas. Sabía bien cómo morían. El supo que la muerte del Señor fue diferente. Cuando una persona muere con conocimiento, experimenta lo que se llama comúnmente el estertor de la muerte, al exhalar su último suspiro; es como una lucha en la cual se realiza un último esfuerzo por sobrevivir. Los 2 ladrones crucificados sin duda murieron de esa manera, pero el Señor Jesús no. El murió voluntariamente. Entregó Su Espíritu. Recordemos lo que dijo, gritando con fuerza: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". Su voz no resonó como la de un hombre cuya vida se estaba desvaneciendo. El Evangelista Juan añadió que la frase final que pronunció, como un grito de victoria, fue: "¡Consumado es!", es decir, "Todo está cumplido".