¿qué razones tendrá la narradora para no querer escuchar el sueño de Catalina? Cumbres borrascosas
Respuestas a la pregunta
Antes de todo Buen día,Buena tarde o Buena noche
Las razones para no querer escuchar es:
Elena salta en su historia al verano de 1778, unos meses después de la visita de los Linton, y veintitrés años antes de que Lockwood llegue a la Granja. Francisca, la esposa de Hindley, dio a luz a un niño, Hareton, lo que empeora su tuberculosis de los últimos meses, y muere poco después.
Hindley le asigna a Elena la tarea de criar al bebé. Luego de la muerte de Francisca, el hombre empieza a beber excesivamente y a comportarse de forma abusiva con sus sirvientes, principalmente con Heathcliff, quien goza de ver su progresiva decadencia. Elena cuenta que ninguna persona decente va a la casa, a excepción de las visitas de Eduardo Linton a Catalina, quien a sus quince años es una criatura altanera y obstinada. Los chicos siguen siendo amigos desde las cinco semanas que Catalina pasó en la Granja. Elena destaca que Catalina, en ese período, no mostraba su lado rústico delante de ellos, y logra ganar la admiración de Isabel y el alma y corazón de su hermano. Esto la lleva a adoptar dos personalidades distintas, sin intención de defraudar ninguna de las dos.
Una tarde, cuando Hindley se va de la casa, Heatchliff interrumpe su trabajo anunciando que se quedará en la casa para pasar el día con Catalina. Ella le dice que Eduardo e Isabel planean visitarla. Cuando Heathcliff la confronta sobre la cantidad de tiempo que pasa con Eduardo, ella le responde que él es ignorante y aburrido. En ese momento entra Eduardo, sin Isabel, y Heathcliff se retira.
Catalina, quien sigue acalorada por su discusión con Heathcliff, le pide a Elena que deje la habitación, pero ella se niega, ya que Hindley le pidió que actúe como chaperona bajo la presencia de Eduardo. Catalina la pellizca y luego la abofetea, y cuando Hareton empieza a llorar, lo sacude. Eduardo, sorprendido por el comportamiento de Catalina, intenta restaurar el orden, y Catalina lo golpea en la mejilla. Apesadumbrado por este comportamiento impropio, Eduardo pretende irse de la casa a pesar de los ruegos de ella para que se quede. Sin embargo, al final sucumbe a los pedidos y se queda. Elena los deja solos y los interrumpe luego para decirles que Hindley llegó a la casa, borracho y de mal humor. Cuando entra al cuarto por última vez, ve cómo Catalina y Eduardo se confiesan el amor que sienten el uno por el otro. Eduardo se apura para evitar a Hindley y Catalina se va a su habitación. Elena esconde al pequeño Hareton y saca las balas de la pistola de Hindley, ya que a él le gusta jugar con ella cuando está borracho.