¿Que razones existen para pensar que el liderazgo negativo es malo a largo plazo?
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La mayoría de la gente sabe que es importante contratar buenos líderes. Hay todo tipo de resultados positivos asociados con centrarse en la contratación de grandes talentos. Pero, ¿qué pasa si no?
Una decisión de contratación deficiente a nivel de liderazgo puede ser muy perjudicial para tu empresa. Considera lo que te mostraré a continuación: 5 efectos secundarios de contratar a un mal líder.
Hay costos difíciles asociados con la rotación
Evaluar a los líderes, especialmente cuando se llega a nivel ejecutivo, no siempre es barato. Sin embargo, los costos estimados de que ese empleado se retire son mucho más costosos.
Diferentes expertos ofrecen diferentes estimaciones, pero una cita común es que la rotación a nivel ejecutivo cuesta entre 5 y 2.5 veces el salario anual de esa persona.
¿Preferirías gastar un montón de dinero en un proceso riguroso de selección para asegurarte de identificar a la persona adecuada para el trabajo, o perder decenas de dinero en el elegir el empleado equivocado por estar evitando otros procesos?
Los líderes malos impactan el rendimiento del equipo
La productividad de los empleados va a sufrir, con certeza, sin un buen liderazgo. Alguien que se sienta subestimado no va a poner tanto esfuerzo como alguien que sabe que su trabajo es valorado.
Aún más preocupante es que los empleados descontentos son mucho más propensos a participar en comportamientos contraproducentes en el trabajo. Considera a un supervisor que rutinariamente toma el trabajo de su equipo como si fuera propio, sin dar crédito o incluso sin reconocer sus esfuerzos.
Este tipo de comportamiento podría llevar a los miembros del equipo a poner menos esfuerzo o incluso a tomar medidas, en casos extremos, para sabotear a su supervisor.
El desarrollo de los empleados sufre con un liderazgo deficiente
Los líderes pobres pueden no identificar o desarrollar un alto potencial entre sus empleados. La pérdida de potencial es difícil de ponerle precio, pero no es nada difícil de ver. Si alguien trabaja en un equipo donde no se le motive a desarrollar sus habilidades o ampliar su experiencia, su trabajo puede estancarse rápidamente.
Ahora compara esta situación con una en la que se aliente a los empleados a explorar sus puntos fuertes, trabajar en sus debilidades y establecer metas más estrictas. Si ampliamos este escenario en un período de varios años, imagina la cantidad de productividad que se perderá en ese primer escenario en comparación con el segundo.
Los empleados que tienen intenciones de superarse a sí mismos, pueden crecer mucho por sí mismos. Estos empleados necesitan de un supervisor que estimule sus esfuerzos y proporciones las herramientas adecuadas que requieren para desarrollarse.
No toma mucho tiempo para que una cultura empresarial se vuelva tóxica
Esto es bastante intuitivo. Algunos empleados infelices pueden hacer que otros entren en la misma sintonía. Incluso si alguien es intrínsecamente positivo, es difícil mantener una actitud feliz en una cultura que es consistentemente negativa.
¿Recuerdas el viejo adagio sobre una mala manzana que arruinó a todas las demás? Bueno, existe una razón por la que esta anécdota ha pasado de generación en generación.
Se incrementan las rotaciones en otros niveles
Desafortunadamente, no siempre es fácil deshacer una mala decisión de contratación. Las investigaciones han demostrado que la mayoría de las personas no renuncian a sus trabajos porque no les gusta el trabajo. De hecho, muchas personas deciden irse debido a algún ajuste con su supervisor.
Esto puede causar lo que normalmente llamamos como “efecto bola de nieve”. Si una persona toma la iniciativa de abandonar a la empresa en búsqueda de otras oportunidades, otros pueden sentirse motivados a hacer lo mismo.
A medida de que más personas se van o expresan, de alguna manera, su interés de marcharse, otros pueden pensar que el barco se está hundiendo, por lo que deciden saltar por la borda también.
Por todas las razones mencionadas anteriormente, es crucial que las compañías contraten a buenos líderes que planeen establecer un compromiso a largo plazo no solo con la organización, sino también con el crecimiento de su equipo y de sus titulares.
Aunque el precio de una evaluación ejecutiva pueda parecer un poco alto, es dinero bien gastado para evitar las consecuencias negativas de contratar a un mal líder.
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