que quiere decir que la ciencia ficcion sea Profecia auto preventiva
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Especulación y maravilla, son los dos rasgos constitutivos del género narrativo denominado ciencia ficción y los que configuran su amplio mundo de fabulación y reflexión. En este artículo Miquel Barceló analiza los temas clásicos de la ciencia ficción, comentando algunas de las obras más destacadas de este género.
Se pueden poner puertas al campo? La sabiduría popular, muy acertadamente, lo niega, de la misma forma como negaría cualquier experto o aficionado la posibilidad de hacer un elenco completo de los temas que trata la ciencia ficción. Pero siempre se puede intentar poner una sencilla valla en el ancho campo y fomentar al menos algunos del casi infinito número de temas que ha tratado la narrativa de ciencia ficción.
La ciencia ficción
Rizando el rizo de las definiciones no se llega a ninguna parte. Nietszche ya nos decía que “no se puede definir aquello que tiene historia” y, desde el Frankenstein (1818) de Mary Shelley, los casi dos siglos de historia de la ciencia ficción la han cambiado tanto como para que ninguna definición le cuadre a todas sus manifestaciones.
Para Isaac Asimov, uno de sus más famosos y brillantes cultivadores, “la ciencia ficción es esa rama de la literatura que trata de la respuesta humana a los cambios en el nivel de la ciencia y la tecnología”. Se trata, pues, de una literatura de género sumamente especializada. Una literatura que, además de la diversión y el lícito entretenimiento, logra también un cierto grado de adaptación al cambio, hoy ya omnipresente en nuestras vidas.
Conviene recordar aquí que gran parte de la mejor ciencia ficción intenta responder a la pregunta ¿Qué sucedería si...?, en la que se analizan las consecuencias de una hipótesis que se considera extraordinaria o todavía demasiado prematura para que pueda presentarse en el mundo real. ¿Qué sucedería si hubiera clones de humanos? ¿Qué ocurriría si construyéramos verdaderas inteligencias artificiales? ¿Qué sucedería si nos encontráramos con extraterrestres? ¿Qué ocurriría si pudiéramos viajar al pasado? etc. Ése es el aspecto especulativo de la ciencia ficción, el que nos prepara para enfrentarnos a un futuro distinto.
Se trata de lo que algunos denominan el “condicional contrafáctico”, una hipótesis que rompe con los hechos conocidos para especular con opciones alternativas. Una manera de proceder que explica (aunque no justifica...) la imagen popular de considerar cualquier absurdo como una propuesta de “ciencia ficción”. Afortunadamente, esa capacidad de especulación libre y sin trabas acaba siendo un buen entrenamiento para enfrentarse al cambiante mundo de nuestros días.
La ciencia ficción es, pues, una narrativa eminentemente especulativa que, junto a nuevas alternativas en el mundo de las ideas, incorpora, además, el llamado “sentido de la maravilla”, la inevitable sorpresa del lector ante los nuevos mundos, personajes y sociedades que la ciencia ficción propone. Una característica que comparte, por ejemplo, con la novela histórica o los libros de viajes que nos describen realidades exóticas y desconocidas como, en cierta forma, hace también la ciencia ficción.
Especulación y maravilla, serán pues los dos rasgos constitutivos del género narrativo denominado ciencia ficción y los que configuran su amplio mundo de fabulación y reflexión. En la buena ciencia ficción encontramos de todo, como en botica: especulaciones en torno a la tecnociencia y sus efectos, nuevos mundos con todo tipo de alienígenas, nuevas sociedades y distintas maneras de organizar la relación entre los individuos que forman una comunidad, la revisión speculativa de la historia, aventuras sin cuento a lo largo del espacio y del tiempo, y un largo y casi interminable etcétera. Los temas son, como se ha dicho, casi infinitos. Veamos algunos de ellos.