que quiere decir el papa francisco con esta oración: " Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón"
Respondan bien por favor
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
su mensaje central va dirigido a la necesidad de cambiar urgentemente el sistema social económico y político en que se devuelve el mundo qué es real causa de lo otro.
Explicación:
si te ayude un gracias es suficiente:)
Respuesta:
Significa que los discípulos de Cristo se conmueven tanto por la felicidad como por el sufrimiento de la humanidad.
Explicación:
Tu frase sola no tiene suficiente contexto para saber a quién o quiénes se refiere la palabra "su". Así que hubo que hacer una búsqueda exacta de tu frase en internet. Se encontró la fuente y el párrafo completo:
"1. Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana está integrada por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el reino del Padre y han recibido la buena nueva de la salvación para comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del genero humano y de su historia." (De la constitución pastoral Gadium et spes, uno de los documentos del Concilio Vaticano II: www (punto) vatican (punto) va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19651207_gaudium-et-spes_sp.html )
Entonces, podemos ver que "su" se refiere a "los discípulos de Cristo", pero por si las dudas, y para aclarar el significado de "eco en [el] corazón" en este caso se hizo otra búsqueda exacta para ver si esa expresión se usa en alguna otra parte. Se encontró una frase del papa Juan Pablo II (que curiosamente hace referencia al documento anterior, pero no a la misma sección):
"1. El concilio ecuménico Vaticano II, citando una afirmación del libro de la Sabiduría (Sb 1, 7), nos enseña que «el Espíritu del Señor», que colma de sus dones al pueblo de Dios peregrino en la historia, «replet orbem terrarum», llena todo el universo (cf. Gaudium et spes, 11). El Espíritu Santo guía incesantemente a los hombres hacia la plenitud de verdad y de amor que Dios Padre ha comunicado en Cristo Jesús.
Esta profunda convicción de la presencia y de la acción del Espíritu Santo ilumina desde siempre la conciencia de la Iglesia, haciendo que todo lo que es auténticamente humano encuentre eco en el corazón de los discípulos de Cristo (cf. ib., 1)." (Audiencia general, Juan Pablo II, 16 de septiembre de 1998: www (punto) vatican (punto) va/content/john-paul-ii/es/audiences/1998/documents/hf_jp-ii_aud_16091998.html )