¿Qué querían hacer las mujeres el domingo por la mañana en el sepulcro de Jesús?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
A primera hora de la mañana, las mujeres llegan a la tumba con sus especias, esperando encontrar los restos de Jesús. Todos los relatos están de acuerdo en que era temprano en la mañana.
Explicación:
Según Marcos y Lucas, fueron a ungir con perfumes el cadáver, por eso llevaban bol- sitas de aroma y mirra (Mc 16,1; Lc 24,1). En cambio según Mateo y Juan ellas fueron sólo a «ver» el sepulcro (Mt 28,1; Jn 20,1). Una cuarta diferencia se refiere a cómo se abrió la tumba.
2da Explicación:
Para Marcos las mujeres fueron a la tumba «a ungir» el cadáver de Jesús. Esto resulta extraño. Primero, porque da a entender que Jesús fue mal enterrado, sin todos los requisitos de las costumbres judías. Y segundo, porque después de tres días no tenía sentido ungir un cuerpo que había empezado ya a descomponerse.
Respuesta:
Querían llevarle las especies aromáticas que habían preparado
Explicación:
El primer día de la semana, las mujeres fueron muy temprano a la tumba.* Llevaban las especias aromáticas que habían preparado.+ 2 Pero vieron que habían hecho rodar la piedra de la tumba,*+ 3 y al entrar no encontraron el cuerpo del Señor Jesús.+ 4 Las mujeres todavía estaban desconcertadas por esto, cuando, de repente, aparecieron a su lado dos hombres con ropa brillante. 5 Ellas se asustaron y se quedaron mirando al suelo. Así que los hombres les dijeron: “¿Por qué andan buscando entre los muertos al que está vivo?+ 6 No está aquí: ha sido resucitado.* Recuerden lo que les dijo mientras todavía estaba en Galilea. 7 Les dijo que el Hijo del Hombre tenía que ser entregado a pecadores y ser ejecutado en el madero, pero que al tercer día tenía que resucitar”.*+ 8 Ahí ellas se acordaron de sus palabras.+ 9 Entonces regresaron de la tumba* y les contaron todo esto a los Once y a todos los demás.+ 10 Eran María Magdalena, Juana y María la madre de Santiago. También las otras mujeres que estaban con ellas les contaban estas cosas a los apóstoles. 11 Sin embargo, a ellos les parecía que sus palabras eran tonterías, y no les creyeron.
12 Pero Pedro se levantó y corrió a la tumba* y, al agacharse para mirar adentro, solo vio los paños de lino. Así que se fue preguntándose qué era lo que había pasado.
13 Y resulta que, ese mismo día, dos de los discípulos iban caminando a una aldea llamada Emaús, que está a unos 11 kilómetros* de Jerusalén. 14 Conversaban entre ellos sobre todo esto que había sucedido.
15 Mientras iban conversando y comentando estas cosas, Jesús mismo se acercó y se puso a caminar con ellos, 16 pero se impidió que sus ojos pudieran reconocerlo.+ 17 Él les preguntó: “¿Sobre qué van debatiendo por el camino?”. Ellos se detuvieron con la tristeza reflejada en el rostro. 18 Y el que se llamaba Cleopas le respondió: “¿Es que eres un extranjero que vives solo en Jerusalén y por eso no te has enterado de* las cosas que han pasado allí estos días?”. 19 “¿Qué cosas?”, les preguntó él. Ellos le contestaron: “Lo que pasó con Jesús el Nazareno,+ quien delante de Dios y de toda la gente demostró ser un profeta poderoso en acciones y palabras.+ 20 Nuestros sacerdotes principales y gobernantes lo entregaron para que fuera condenado a muerte+ y lo clavaron al madero. 21 Pero nosotros esperábamos que sería él quien liberaría a Israel.+ Además de todo esto, ya es el tercer día desde que pasaron estas cosas. 22 Por otra parte, algunas mujeres de entre nosotros también nos dejaron asombrados. Es que fueron a la tumba* muy temprano+ 23 y, al no encontrar su cuerpo, vinieron diciendo que habían tenido una visión sobrenatural de unos ángeles, que decían que él está vivo. 24 Entonces algunos de los que estaban con nosotros fueron a la tumba*+ y encontraron todo tal como las mujeres habían dicho. Pero a Jesús no lo vieron”.
25 Y él les dijo: “¡Qué insensatos son y qué lentos* para creer todas las cosas que dijeron los profetas!