Qué puede pasar cuando no hacemos suficientes preguntas para aclarar una situación?
Respuestas a la pregunta
Son tantos los interrogantes que le pueden surgir al hombre en su caminar, que hacer un elenco de posibles preguntas que te vas a encontrar en un día resulta imposible. Y mucho menos si el grupo de personas con quien está es diverso, y agrupa a pequeños y grandes, a enfermos y sanos, entremezclando lo personal con lo profesional, lo religioso y lo profano. Por esto digo que es un arte saber aclarar dudas de otros. Dudas que, por otro lado, pueden ser también fruto de distintas situaciones, unas más intelectuales, como para satisfacer una curiosidad innata, y otras de carácter mucho más vital, en las que nos vemos realmente implicados con todo nuestro ser. Distinguir la curiosidad ideológica, o la terrible necesidad de crear debates y discutir temas, de aquellas que comprometen el camino, la fuerza y la esperanza de las personas me parece un punto esencial. Y, añadiendo un poco más de diversidad al tema, pueden surgir en un grupo, en un diálogo personal, en un viaje o en un momento buscado. Dicho todo esto, me parecería una temeridad clasificar todos los posibles.Por eso, insisto, se trata de un arte.
Déjate sorprender. Las preguntas normalmente incomodan. Para qué engañarnos. Vivíamos al margen y todo nos iba bien. Sin embargo, llega alguien y, con su fuerza, impacta en tu vida cotidiana. Si aprendes a disfrutarlo, te agradará más y te sentirás mejor en el diálogo.
No hacer tuyas las dudas de otros, pero aprovechar la fuerza de la pregunta. Hay personas que no quieren escuchar realmente a otros, y de hecho así lo hacen. Por eso, viven cerrados en sí mismos y nadie les preguntará nada.
Alcanzar a las personas que preguntan. Detrás de cada pregunta, hay una persona que está hablando, y cuenta algo de sí misma. Es un don poder llegar a esa relación, y te permitirá acompañar más que decir, hablar, responder. Esta relación, conociendo su realidad y la intensidad de su vida, permite también poner