Qué propósitos tienes con la Semana Santa?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Una semana a Dios
Explicación:
Respuesta:
Con la Semana Santa, el cristiano conmemora el Triduo Pascual, es decir, los momentos de la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesucristo. La Semana Santa está precedida por la Cuaresma, en que se recuerda el tiempo de preparación de 40 días que pasó Jesucristo en el desierto.
Explicación:
Razones
1- Limpia tu alma mediante el sacramento de la confesión y lleva una vida sin manchas, sin impurezas. Un corazón puro y abierto es dócil a escuchar la voz de Dios. Haz un examen de conciencia, arrepiéntete de corazón y confiésate.
“Que el Dios de la paz los haga santos en toda su persona. Que se digne guardarlos sin reproche, en su espíritu, su alma y su cuerpo, hasta la venida de Cristo Jesús, nuestro Señor.”. 1 Tesalonicenses 5, 23
2- Pide a Dios la virtud de la humildad, de dejar a un lado la soberbia y el orgullo para recibir las bendiciones de Dios. La humildad es necesaria para ser un verdadero discípulo y actuar conforme sus enseñanzas.
“Como elegidos de Dios, sus santos y amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión. Practiquen la benevolencia,la humildad, la dulzura, la paciencia.” Colosenses 3, 12.
3- Confia en Dios, él te dará la fuerza que necesitas para seguir adelante, no te rindas. Pide al Espíritu Santo que aumente tu fe y confianza para no dudar.
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” Filipenses 4, 13
4- Reconcíliate con tu hermano, y con el que te ha hecho mal. Resuelve tus diferencias con respecto recordando que a quien tienes frente a tí es rostro de Cristo. No te amargues por el pasado, la única persona que sufre eres eres tú.
“Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano.” Mateo 18, 15
5- Valora todas las bendiciones que recibes cada día de Dios, las cosas más valiosas no son las materiales. Cuando aprendemos a valorar las cosas que en verdad tienen valor, dejamos de lado la envidia y los sentimientos que nos separan de Dios.
“Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón.” Mateo 6, 21