¿Qué proponen las ideas liberales y republicanas en el siglo XIX?
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La emancipación de las colonias latinoamericanas fue un proceso que tuvo la influencia directa del liberalismo europeo, cuyo contenido ideológico formó parte primordial de la base que sirvió para organizar los Estados, los regímenes políticos y la construcción civil de estas jóvenes naciones. Sin embargo, este pensamiento se desarrolló de manera diferente y tuvo adaptaciones diversas en cada una de ellas, debido a que poseían necesidades y realidades diferentes.
Pues bien, este tema corresponde al eje central del presente texto, el cual está compuesto de una serie de artículos que analizan al liberalismo político europeo, además de su presencia en España, y su impacto en Venezuela, Perú, México, Chile, Argentina, Colombia y Brasil durante el siglo XIX. En conjunto a esto, los autores que forman parte de este libro abordan las distintas variantes que este pensamiento tuvo en los países señalados, y hacen hincapié en la situación interna de estos, como una manera de comprobar que a pesar de los obstáculos esta ideología logró sobrevivir.
Los dos primeros capítulos del libro logran introducirnos de muy buena manera a la problemática del liberalismo. En el primero de ellos, Iván Jacksic y Eduardo Posada Carbó nos hablan, entre otros temas, del renovado interés historiográfico que hay para estudiar a este pensamiento, y resaltan el papel que juegan las ideas para su comprensión. Por su parte, H.S. Jones rescata en su apartado los matices que tuvo esta ideología a lo largo de esta centuria, junto a algunos aportes hechos por la historiografía y por otras corrientes humanistas, y sugiere que el liberalismo debe ser comprendido como un estilo político más que como una doctrina, lo que permite ver de mejor forma las diversas corrientes que fluyen en su interior.
En el tercero de estos artículos, Roberto Breña estudia al primer liberalismo español y la proyección que tuvo en Hispanoamérica. Comienza mencionando que luego del arresto de Fernando VII y la posterior instauración de José I, hubo una mutación ideológica y una nueva idea de individuo, lo que se plasmó en la Constitución de Cádiz del 19 de marzo de 1812, la cual reunió principios políticos como la libertad e igualdad y viejas tradiciones como el pactismo, el iusnaturalismo y la neoescolástica. Luego de esto, señala que si bien Latinoamérica apoyó en un inicio a Fernando VII, la lealtad se empezó a perder cuando se instauraron la Junta Central y el Consejo de Regencia, lo que dio comienzo al proceso de instalación del liberalismo en el debate político.
Roberto Breña concluye su análisis indicando que en Latinoamérica no hubo un grupo "liberal", a pesar de que las ideas que comenzaron a gestarse influyeron en los sectores intelectuales y políticos de la región. A su vez, indica que en Latinoamérica el liberalismo se mantuvo dentro de la teoría, y fue aplicado por sus gobernantes de manera trabajosa, pausada y vacilante, debido a los contextos de estas naciones.
Posteriormente, Joseph Straka busca dilucidar lo que entendieron los venezolanos decimonónicos por liberalismo, como una manera de fundamentar la idea existente en ese país, la que afirma que en esa época todos compartían este pensamiento. Para lograr aquello, el autor se centra en el período comprendido entre 1810 y 1840, con el fin de rescatar los cambios ocurridos luego de la independencia, y menciona algunos referentes del liberalismo que hubo en Venezuela.
Además, se centra en los dos mayores exponentes que tuvo esta ideología durante esa centuria, los que fueron Simón Bolívar, el cual liberó a este país de la reacción realista (lo que le valió su apodo de "Libertador"), y el militar y ex Presidente Antonio Guzmán Blanco (conocido como el "Regenerador"), autor del libro En Defensa de la causa liberal. Aunque destaca que ambos fueron liberales, recalca que ambos pertenecieron a los costados distintos de esta ideología, porque Bolívar fue un liberal "sui géneris", ya que gobernó de manera autoritaria utilizando un cuerpo neutro de ideas liberales y conservadoras, para consolidar el orden en la nación, mientras que Guzmán Blanco buscó enlazar el republicanismo con el liberalismo.
En el quinto artículo, José Antonio Aguilar analiza el desarrollo que tuvo el liberalismo en México en aquella centuria, del cual destaca que fue una ideología de combate y de construcción nacional. A su vez, busca establecer la evolución de la ideología en tres momentos, los que denomina de consenso liberal (1820-1840), de disenso extemporáneo (1840-1876), y de ocaso del liberalismo (1876-1900). Junto con analizarlos, destaca que si bien en México existió la presencia liberal desde un inicio, hubo una alternativa conservadora luego de la guerra con Estados Unidos, y con el tiempo el liberalismo se transformó en positivismo, con ciertos frenos hacia una excesiva apertura al régimen democrático pleno.
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¿Cuáles son las ideas liberales del siglo XIX?
En el siglo XIX el liberalismo clásico pone el énfasis principal en garantizar la libertad del individuo al limitar el poder del Estado y maximizar el poder de las fuerzas del mercado capitalista, como una respuesta a la Revolución industrial y la urbanización en el siglo XIX en Europa y los Estados Unidos.
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