que propondría para erradicar el hambre en el mundo
x favor me urge muchísimo
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Hoy día, sabemos a ciencia cierta que se puede erradicar el hambre en el mundo. No es una suposición, ni un deseo, sino una realidad. Sin embargo, todavía estamos lejos de cumplir este reto planetario, pues, según la FAO, todavía hay 815 millones de personas que padecen hambre crónica. De estos, 155 millones son menores de cinco años con malnutrición crónica y, los últimos datos que se han podido contrastar hablan de 2.000 millones de personas con carencias de micronutrientes, lo que se conoce como “hambre encubierta”.
Incluso con estos trágicos datos, hay margen para el optimismo, pues el Índice Mundial del Hambre de 2016 mostraba claramente cómo, pese al aumento de la población humana, el hambre seguía disminuyendo, algo que no puede alejarnos de la realidad en el sur de Asia y el África subsahariana, dos de las regiones donde escasea el alimento por razones tan diversas como la guerra, los conflictos armados y la corrupción política. En paralelo, países como Myanmar, Ruanda y Camboya han reducido su tasa de hambruna un 50% tras la estabilización de las regiones y la acogida de una responsabilidad pública y social por parte de sus gobiernos. Como ellos, otros 19 estados han logrado grandes avances en la lucha contra el hambre. Pero, ¿qué pueden hacer estas poblaciones y qué podemos hacer nosotros para comprometernos a alcanzar, entre todos, un mundo más justo y sin hambre? Te presentamos ocho grandes vías que están ayudando a combatir el hambre en el mundo para que compruebes que todos podemos hacer mucho más.
Acabar con el hambre en el mundo
La ciencia, la tecnología y los avances sociales de muchas de nuestras sociedades en las últimas décadas nos han permitido empezar a mirar hacia un mundo mejor. En lo que se refiere al hambre, hoy, contamos con conocimientos y estrategias que no hubiésemos imaginado hace unos pocos años. Algunas de ellas son:
1. Superalimentos para cambiar el mundo
Desde aprovechar el potencial nutritivo y económico de las legumbres (que incluyen micronutrientes, vitamina A, yodo, hierro) fomentando el cultivo local y el consumo de alimentos tradicionales entre los consumidores hasta sacar partido al consumo de bayas, semillas, algas y superalimentos como el jengibre, la granada, la moringa, el aguaymanto o la acerola. Parte del trabajo de salud alimentaria de las ONG y las instituciones es integrar aquellos productos que mejor crecen y más aceptación tienen en las poblaciones, así como priorizar su consumo para algunos segmentos de esta: embarazadas, mujeres que amamantan, niños hasta los 3 años…
2. Enseñar el camino hacia el éxito
A menudo, la tecnología no tiene sentido si no se da una necesaria curva de aprendizaje. Para erradicar el hambre en el mundo, hay que crear una cultura de autoabastecimiento y mejorar la eficiencia del sector primario en los países en vías de desarrollo.
3. Reducir los residuos alimentarios
Más allá de una buena cosecha, las técnicas de almacenamiento y conserva son prioritarias en zonas como el sur de África. La implantación de fruta deshidratada en estos países mediante secadores puede ser la diferencia entre comida para varios años o comida para un mes.
4. Mejorar la fertilidad del suelo agrícola
Incluso en espacios tan fértiles como en buena parte de África es necesario generalizar el uso de abonos y cultivos de cobertura para poder seguir produciendo alimentos. En la actualidad, se empieza a temer por un descenso notable en la producción.