que problemas recurrentes presenta el rio nilo el compartir el rio
Respuestas a la pregunta
El más reciente caso de tensión por agua se presenta entre Egipto y Etiopía, pues el último país construye la represa del Renacimiento, en la que invertirá 4.700 millones de dólares para solucionar su déficit de energía.
Lo delicado del proyecto es que la obra debe surtirse con el agua del río Nilo Azul, uno de los tributarios del río Nilo, el más largo del mundo y fuente de un poco más del 90 por ciento del agua dulce con la que Egipto depende para todo tipo de actividades, especialmente la producción de alimentos.
La construcción del embalse genera una tensión política entre los dos Estados, y en el país de las pirámides el asunto se ha tomado como un asunto delicado, en el que se invoca un derecho milenario y geográfico.
En Egipto algunos insinúan que de continuar la construcción de la obra se daría pie a una intervención militar como la que tuvo lugar en 1868, cuando las tropas del presidente Ismail Pasha trataron de ocupar –sin éxito– Etiopía para controlar todo el cauce del Nilo.
Pero el asunto es más complejo de lo que parece, pues el Nilo no solamente toca a estos dos países, sino a otros nueve, que también tendrían algo que opinar sobre el futuro de la emblemática fuente de agua del noreste africano.
La razón del reclamo egipcio por asuntos ancestrales sobre el Nilo tiene buena parte de sustento en la responsabilidad que la Gran Bretaña le dio tras su ocupación como protectorado, que finalizó en 1882.
Para Benjamín Herrera, catedrático de la facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, hay asuntos complejos difíciles de resolver como el hecho de que “si bien para Egipto el río Nilo es vital para su alimentación, sus aguas no nacen allí”.
Bien para unos...
Así mismo, países como Etiopía tienen graves problemas de energía y control de aguas, pues en invierno hay inundaciones pero también fuertes sequías por lo que la obra los beneficiaría.
Entonces, según el académico, la solución del conflicto debería ser la “cooperación entre los 11 países de la cuenca del Nilo para hacer un sano aprovechamiento de esa fuente de agua”.
Pero Herrera considera que en el caso de Egipto el asunto también toca la política, pues dice que el presidente Mohamed Mursi “intentará utilizar este problema para aglutinar a la población en torno suyo como un propósito nacional, pues hay un creciente inconformismo frente a su propia gestión”.
Pero el escalamiento de un posible conflicto entre Etiopía y Egipto no le convendría a una región que ya tiene varias pugnas regionales como el caso de la vecina Sudán.
Una megaobra de infraestructura
El ambicioso proyecto etíope de la represa del Renacimiento, cuya financiación está asegurada por créditos de varias empresas de China, generará unos 6.000 megavatios de electricidad cuando culminen las obras, en el 2015, y asegurará el suministro de energía del país.
Pacto, en veremos
Egipto y Etiopía han mantenido diálogos. En 1999 firmaron la Iniciativa de la Cuenca del Nilo con los demás países ribereños, pero han insistido en seguir vetando cualquier proyecto que pueda perjudicar sus cuotas. Ahora, Etiopía parece haberse hartado y no quiere solicitar el consentimiento de terceros. La batalla es crucial para Egipto, pues no tiene los ríos ni las lluvias de Etiopía y es un país pobre en agua, con un aumento de la población que requiere más recursos y que le obliga a reciclar agua del canal de Suez y del riego.
Holman Rodríguez M.
Redacción Internacional
El más reciente caso de tensión por agua se presenta entre Egipto y Etiopía, pues el último país construye la represa del Renacimiento, en la que invertirá 4.700 millones de dólares para solucionar su déficit de energía.
Lo delicado del proyecto es que la obra debe surtirse con el agua del río Nilo Azul, uno de los tributarios del río Nilo, el más largo del mundo y fuente de un poco más del 90 por ciento del agua dulce con la que Egipto depende para todo tipo de actividades, especialmente la producción de alimentos.
La construcción del embalse genera una tensión política entre los dos Estados, y en el país de las pirámides el asunto se ha tomado como un asunto delicado, en el que se invoca un derecho milenario y geográfico.
En Egipto algunos insinúan que de continuar la construcción de la obra se daría pie a una intervención militar como la que tuvo lugar en 1868, cuando las tropas del presidente Ismail Pasha trataron de ocupar –sin éxito– Etiopía para controlar todo el cauce del Nilo.
Pero el asunto es más complejo de lo que parece, pues el Nilo no solamente toca a estos dos países, sino a otros nueve, que también tendrían algo que opinar sobre el futuro de la emblemática fuente de agua del noreste africano.
La razón del reclamo egipcio por asuntos ancestrales sobre el Nilo tiene buena parte de sustento en la responsabilidad que la Gran Bretaña le dio tras su ocupación como protectorado, que finalizó en 1882.
Para Benjamín Herrera, catedrático de la facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, hay asuntos complejos difíciles de resolver como el hecho de que “si bien para Egipto el río Nilo es vital para su alimentación, sus aguas no nacen allí”.
Bien para unos...
Así mismo, países como Etiopía tienen graves problemas de energía y control de aguas, pues en invierno hay inundaciones pero también fuertes sequías por lo que la obra los beneficiaría.
Entonces, según el académico, la solución del conflicto debería ser la “cooperación entre los 11 países de la cuenca del Nilo para hacer un sano aprovechamiento de esa fuente de agua”.
Pero Herrera considera que en el caso de Egipto el asunto también toca la política, pues dice que el presidente Mohamed Mursi “intentará utilizar este problema para aglutinar a la población en torno suyo como un propósito nacional, pues hay un creciente inconformismo frente a su propia gestión”.
Pero el escalamiento de un posible conflicto entre Etiopía y Egipto no le convendría a una región que ya tiene varias pugnas regionales como el caso de la vecina Sudán.
Una megaobra de infraestructura
El ambicioso proyecto etíope de la represa del Renacimiento, cuya financiación está asegurada por créditos de varias empresas de China, generará unos 6.000 megavatios de electricidad cuando culminen las obras, en el 2015, y asegurará el suministro de energía del país.
Pacto, en veremos
Egipto y Etiopía han mantenido diálogos. En 1999 firmaron la Iniciativa de la Cuenca del Nilo con los demás países ribereños, pero han insistido en seguir vetando cualquier proyecto que pueda perjudicar sus cuotas. Ahora, Etiopía parece haberse hartado y no quiere solicitar el consentimiento de terceros. La batalla es crucial para Egipto, pues no tiene los ríos ni las lluvias de Etiopía y es un país pobre en agua, con un aumento de la población que requiere más recursos y que le obliga a reciclar agua del canal de Suez y del riego.
German Rodríguez Mam huev.
Redacción Internacional XD