¿Qué problemas étnicos enfrentaba el Imperio ruso?
Respuestas a la pregunta
Explicación:
El Imperio ruso era un Estado inmenso, entre dos continentes, Europa y Asia. Era gobernado de forma absolutista por los zares, que concentraban todos los poderes, decidían sobre la paz y la guerra, decretaban las leyes, nombraban y separaban ministros, y poseían la máxima autoridad religiosa. No existía ninguna institución que limitase el poder de los zares, que gobernaban a través de una compleja administración y de la policía, encargada de la persecución de cualquier persona o grupo considerado como subversivo.
El zar Alejandro I había emprendido algunas reformas liberalizadoras a comienzos del siglo XIX, pero la invasión napoleónica arrinconó los cambios. En el año 1821, el zar, temeroso de la llegada de las ideas liberales a Rusia, instituyó la Policía Militar Especial, dedicada a la investigación y represión de los focos subversivos que comenzaban a aparecer en todo el país. Dicha policía dedicó muchos esfuerzos para controlar el mundo intelectual, estableciendo una férrea censura en todo lo que se publicaba. Los grandes autores de la literatura rusa sufrieron dicha censura, como Pushkin, Lermontov, Turgueniev, Gogol, Dostoyewski, Tolstoi, o Chéjov. La PME estableció una compleja red de espías, delatores y confidente por todo el Imperio ruso.
Su sucesor, Nicolás I, no sólo olvidó los tímidos intentos de su antecesor, sino que, además, remachó el carácter autocrático del régimen político, reforzando todos los mecanismos de control sobre sus súbditos, la prensa y la universidad, posibles focos de protesta o contestación y de difusión de ideas liberales occidentales. Nicolás fue uno de los monarcas absolutos protagonistas de la Europa de la Santa Alianza.
Durante el reinado de Nicolás se produjo la insurrección de los decembristas. Este movimiento fue protagonizado por un grupo de oficiales rusos, casi todos miembros de la Guardia Imperial, que conspiraron en San Petersburgo para intentar derrocar al gobierno del zar Nicolás I, en diciembre de 1825. Pero fracasaron y sufrieron una durísima represión; unos fueron ejecutados y otros fueron deportados a Siberia. Algunos consideran esta intentona la primera revolución rusa. Los decembristas pretendían instaurar un sistema liberal constitucional. Es evidente que no tuvo la repercusión de la posterior de 1905 pero, no cabe duda, que fue el primer intento serio de derrocar la autocracia zarista.
Para la policía era un delito tener o apoyar las ideas liberales, nihilistas, republicanas, socialistas o defender reformas religiosas. También era peligrosa la ciencia o la filosofía. En el año 1850 se prohibió la enseñanza de la filosofía en la Universidad.
Alejandro II (1855-1881) intentó dar un giro más liberal. Se aflojó el control sobre la opinión pública, se permitieron las discusiones en los salones, se fomentó el estudio y se permitió cierta crítica a la Administración. En el año 1862 se planteó una reforma judicial de signo occidental introduciendo garantías en los procesos y juicios, además de suprimirse las penas corporales. Se crearon los zemstvos, una especie de asambleas representativas en distritos y provincias con competencias en obras públicas, sanidad, correo, iglesias, impuestos y policía. Estas asambleas fueron aprovechadas por los sectores liberales para plantear demandas. El zar no quiso aprobar la constitución de un parlamento o asamblea en el nivel estatal cuando el zemstvo de Moscú se lo planteó, eso supondría una merma de su poder sagrado. Alejandro II consideraba que el derecho de iniciativa le correspondía a él por voluntad divina y que nadie en Rusia estaba autorizado a presentarle peticiones, algo, que en realidad tenía muy poco de liberal, pero era considerado un resquicio por el que se podían colar algunas reivindicaciones.
Por su parte, se dieron algunas medidas aperturistas en la Universidad, como el final de la disciplina militar y la apertura de las clases a más estudiantes, pero éstos siempre inquietos participaron en algunas protestas, provocando que el zar diera marcha atrás en algunas de estas medidas. En el siglo XIX comenzaron los estudiantes a protagonizar protestas en toda Europa.
Pero el hecho fundamental de su reinado fue la abolición de la servidumbre, hecho capital en la Historia rusa y la propia condición humana.
A principios del siglo XIX la sociedad rusa era eminentemente campesina. La servidumbre había surgido a finales de la Edad Media. Con el paso del tiempo las obligaciones de los siervos hacia los señores habían crecido. Existían diversos tipos de servidumbre: siervos domésticos, siervos sometidos a la corvea o trabajo no remunerado, siervos sometidos al pago de una renta, etc. Pero, además de su mala situación económica, los siervos no sabían leer ni escribir y vivían en una posición de indignidad. Podían recibir castigos corporales y si eran llamados al servicio militar tenían que servir media vida.