Qué problemas enfrentó México al ser un país independiente?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:Las fronteras nacionales de México se establecieron sobre las divisiones administrativas coloniales, a las cuales se agregaron nuevas entidades como Yucatán y las provincias de Centroamérica. Sobre este vastísimo territorio, la Independencia se consumó de acuerdo a los proyectos de una minoría aristocrática localizada en el centro del país, en contradicción con grupos minoritarios que aspiraban a una transformación más efectiva y que estaban localizados en puntos remotos, que subsistían bajo formas de organización del periodo anterior a la conquista.Basado en una estructura social multisecular y compleja, el desafío de los proyectos de construcción del país durante esa época, fue el de organizar un Estado capaz de conjugar las particularidades manifiestas en la multitud de tradiciones, de grupos étnicos, de culturas y de regiones geográficas. El rompimiento político con España no modificó las características de la sociedad colonial que permaneció con su profunda fragmentación de la sociedad real: incomunicada, estratificada, dividida en gremios, aislada o protegida por diversos fueros, regionalizada, y sin otros poderes centralizados que los de la Iglesia y el ejército.
Explicación:Al terminar la independencia, México estaba sumido en una profunda crisis económica. La guerra había reducido la mano de obra de los sustentos económicos; se estima que al menos un sexto de la población había perecido en las batallas y las víctimas eran, por estadística, principalmente hombres, en quienes recaía la mayor parte de las labores físicas, tales como la agricultura y la minería, principal fuente de riqueza del país.
Tal falta de mano de obra influyó en la disminución de los productos alimenticios. Además, la cantidad de cuerpos en los campos de batalla y el hacinamiento en las trincheras, propició enfermedades infecciosas que sumieron aún más al pueblo en la miseria.El nuevo gobierno había heredado la deuda externa contraída para solventar el sueldo de los soldados, las armas y todos los gastos de la guerra.