Biología, pregunta formulada por renataresendizval, hace 2 meses

qué potencialidades no pueden ser parte de la adolescencia​

Respuestas a la pregunta

Contestado por ximenaromerovil
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Respuesta:

Explicación:

Es bien conocido por todos que la adolescencia es un período de permanente transformación; de cambios a nivel físico, cognitivo, psicológico y social. En este trabajo asumiré la adolescencia comprendida entre los 15 y 18 años, pues es en este rango de edad en el que están fundamentadas las experiencias profesionales que aquí refiero y en consecuencia la descripción y concepción que sostengo respecto de esta población.

Por fortuna, el adolescente ya no es concebido como "perturbado", sino como complejo, por encontrarse en un momento en el que se dan muchas crisis y conflictos producto del estrés que generan los cambios (Craig, 1988). Del mismo modo, las presiones naturales provenientes de sí mismos y del entorno son inevitables, por cuanto de los adolescentes se espera inicien su proceso de independencia, cerrando ciclos de estudio de educación básica y media, e incorporándose formalmente a la actividad laboral productiva.

Desde el punto de vista cognoscitivo, Piaget plantea que es el momento de las operaciones formales, su pensamiento es abstracto, lo que implica que son capaces de formular y comprobar hipótesis, estableciendo críticas sobre los valores familiares y sociales que les permiten evaluar lo que consideran bueno o malo para sí, pudiendo percibir los conflictos que provienen de sus diferentes roles (hijo, amigo, estudiante, etc.) y superar los que son incongruentes (Craig, 1988). El ámbito cognitivo en la adolescencia es, a mi modo de ver, esencial para el trabajo desde la perspectiva de la participación juvenil, en tanto favorece la evaluación de la presencia de los jóvenes en el campo social y la posibilidad de desarrollar en éste ideas y estilos propios de actoría social.

Así pues, el logro de la autonomía y la formación de la identidad se convierten en los procesos fundamentales de esta etapa. Aunque pareciera no ser así, las reglas, los valores y límites ofrecidos por los padres son evaluados y asimilados muchas veces por los adolescentes, quienes ya no requieren supervisión directa de estos y tratan a toda costa de crear sus propias normas y valores.

De esta manera, los roles y los valores constituyen la fuente principal de la formación de identidad, en la cual los grupos de referencia juegan un papel importante. Los compañeros sirven de apoyo emocional, de modelo y de audiencia entre sí para el ensayo de nuevas conductas. De esta manera, sus coetáneos le permiten aprender destrezas sociales, controlar su conducta, compartir problemas y sentimientos. Los amigos en esta época son más importantes que la familia.

Por último, son maleables a la cultura y a la moda del momento, por lo cual un adolescente de la década de los 60 será totalmente distinto al de esta época, lo que lleva a la necesidad de comprenderlos de manera contextualizada.

Por otra parte, dentro de esta complejidad de la adolescencia y la vulnerabilidad que pueden suponer los cambios, no podemos perder de vista que los jóvenes que pertenecen a contextos deprivados socio-económicamente presentan elementos distintivos respecto de otros. Esto puede aumentar tal vulnerabilidad, dada la cantidad de factores estresores (violencia en las calles, falta de vivienda, modelos de conducta negativos, condiciones precarias de alimentación) generados por el entorno familiar, social y ambiental al que pertenecen, los coloca ante una situación de desventaja generando impacto significativo en su bienestar psicológico (Rodríguez, 2002).

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