Historia, pregunta formulada por estefaniabetancur52, hace 10 meses

¿Qué podemos esperar de la nueva ruta de la seda?

Respuestas a la pregunta

Contestado por tomastorrescrack
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Respuesta:

La nueva Ruta de la Seda es la iniciativa internacional más ambiciosa lanzada por el presidente chino Xi Jinping. Esta política tiene múltiples derivadas, siendo una de las más destacadas la creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras. Analizamos sus posibles implicaciones, que se dejarán sentir en Europa, incluyendo España.

Resumen: China se está posicionando para influir de manera decisiva en el proceso de integración de Eurasia a través de la nueva Ruta de la Seda. Estamos ante un proyecto inclusivo, donde tienen cabida todo tipo de regímenes políticos y actores tanto públicos como privados, que se basa en una lógica de mercado que debería permitir que todos los actores involucrados se beneficiasen. No estamos, por tanto, ni ante una acción altruista, ni ante una actuación de ayuda al desarrollo. Los líderes chinos creen que la implementación de este plan les ayudaría a alcanzar varios de los objetivos centrales de su política interior e internacional. Esta iniciativa no está exenta de riesgos para la UE, que puede ver reducida su influencia internacional y cómo la corrupción y el endeudamiento desestabilizan zonas tan sensibles como los Balcanes, Europa Oriental, Oriente Medio y Asia Central. La única opción para evitarlo es que los gobiernos y las sociedades europeas se sumen a este proyecto con un espíritu crítico y constructivo para contribuir a darle forma y asegurarse así de que no sólo se convierte en un vector de crecimiento económico sino también de desarrollo.

Análisis: En lo que va de año no ha habido proyecto oficial con más atención mediática dentro y fuera de China que la nueva Ruta de la Seda, cuya manifestación más visible sería una extensa red de infraestructuras de comunicación y transporte, nuevas o renovadas, para mejorar la conectividad entre China, el resto de Eurasia y África. Este programa, lanzado a finales de 2013, comprende dos iniciativas principales: la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI. La primera mejoraría las conexiones terrestres y la segunda se centraría en las marítimas. Otros planes esbozados estarían orientados a aumentar las conexiones energéticas y las autopistas de la información. Asimismo, dentro de este esquema se anunció en octubre de 2014 la próxima creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras, que tendrá un capital inicial de 100.000 millones de dólares, y que señala el inicio de una nueva era en el sistema financiero internacional, en la que las potencias tradicionales ya no llevan la iniciativa a la hora de adaptar el sistema a los cambios estructurales que se están produciendo en la economía global.

Mediante este plan, Pekín espera aumentar sus vínculos económicos, políticos y culturales con el resto de Estados involucrados. Por ejemplo, en materia comercial las estimaciones del gobierno chino hablan de doblar en 2020 los 1,25 billones de dólares que comerciaba China con los países euroasiáticos en 2013. Es más, esta iniciativa no sólo favorecerá las relaciones bilaterales de China con numerosos Estados, con el consiguiente crecimiento de su estatura internacional, sino que también permitiría a Pekín impulsar varias de sus prioridades internas y aumentar significativamente su influencia sobre los procesos de integración dentro de esta macroregión.

Este proyecto aún está en una fase incipiente y es evidente que presenta numerosas y profundas dificultades, pero debe ser analizado con detenimiento por su potencial para tener un impacto de proporciones históricas en el desarrollo de Eurasia. Esta tarea se ve facilitada por el aumento significativo de la información disponible sobre la nueva Ruta de la Seda en los últimos meses, destacando la reciente publicación de un plan de acción oficial.

Cartografía de un proyecto

Tanto la dimensión terrestre como la marítima de la nueva Ruta de la Seda integran múltiples rutas, que en muchos casos son complementarias. La principal diferencia entre ambas dimensiones es que la vías marítimas están ya mucho más desarrolladas y mueven un volumen comercial mucho mayor.

En el ámbito terrestre, el énfasis se está poniendo en el sector ferroviario y se están desarrollando varias rutas para intensificar los intercambios entre China, Asia Central y la UE (ya sea a través de Rusia y Bielorrusia, o de Irán y Turquía), y entre China y la Península de Indochina. Este gran corredor terrestre que conectaría de este a oeste los dos extremos de Eurasia se vería complementado por otros corredores, también terrestres, que irían de norte a sur, como el China (Xinjiang)-Pakistán y el China (Yunnan)-Myanmar-Bangladesh-India.

Explicación:


estefaniabetancur52: ey gracias..
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