qué piensa el burgués respecto a los avances tecnológicos y científicos? ¿sirven estos para la consolidación de la burguesía en el poder?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
I. A modo de introducción
S
ólo los espíritus más ganados por el fanatismo o la ignorancia se atreverían a disputar el aserto de que Marx fue uno de los más brillantes economistas del siglo XIX, un sociólogo de incomparable talento y amplitud de
conocimientos y uno de los filósofos más importantes de su tiempo. Pocos, muy
pocos, sin embargo, se atreverían a decir que Marx también fue uno de los más
significativos filósofos políticos de la historia. Parece conveniente, en consecuencia, dar comienzo a esta revisión de la relación entre Marx y la filosofía política
tratando de descifrar una desconcertante paradoja: ¿por qué razón abandonó
Marx el terreno de la filosofía política –campo en el cual, con su crítica a Hegel,
s sutil de la tesis elaborada por los oscuros académicos soviéticos fue adoptada por intelectuales de dudosa afinidad con los burócratas de la Academia de Ciencias de Moscú. Entre ellos sobresale Lucio Colletti, un
brillante teórico marxista italiano que en los noventa habría de terminar tristemente su trayectoria intelectual poniéndose al servicio de Silvio Berlusconi y su
reaccionaria Forza Italia. En un texto por momentos luminoso y en otros decepcionante Colletti, concluye su desafortunada comparación entre Rousseau y Marx
diciendo que:
“la verdadera originalidad del marxismo debe buscarse más bien en el campo del análisis social y económico, y no en la teoría política. Por ejemplo, incluso en la teoría del estado, contribución realmente nueva y decisiva del
marxismo, habría que tener en cuenta la base económica para el surgimiento
del estado y (consecuentemente) de las condiciones económicas necesarias
para su liquidación.