¿QUÉ PERSONAJE ABRIÓ LA POSIBILIDAD DE CONTINUAR CON EL REINADO DE FERNANDO VII?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Fernando Villa de España llamado El deseado El rey león San Lorenzo de escorial 14 de octubre de 1784 Madrid 29 de septiembre de 1833),ocupo personalmente el torneo español entre el marzo y el Mayo de 1880 y tras la expulsión del del Rey intruso José Bonaparte y su vuelta de país
Explicación:
nuevamentenuevamente desde mayo de 1814 hasta su muerte es exceptuado el breve intervalo en 1823 en que fue instituido por el consejo de regencia espero y esto te ayude
Respuesta:
Fernando VI y los ministros de los que se rodeó, entre los que destacaron el marqués de la Ensenada, secretario de Hacienda, de Guerra y de Marina e Indias, y José de Carvajal y Lancaster, secretario de Estado, dedicaron sus esfuerzos a poner en marcha un proyecto político basado en mantener la neutralidad de la Monarquía en los asuntos europeos —lo que significaba, entre otras cosas, poner fin a la intervención en los asuntos italianos que había sido una prioridad durante el reinado de su padre, Felipe V— para centrarse en la reconstrucción interior —que incluía la restitución de Gibraltar— y en el control eficaz del Imperio de las Indias, recuperando los mercados coloniales controlados cada vez más, legal o ilegalmente, por las potencias extranjeras, sobre todo por Gran Bretaña.[83] Así la paz era el programa básico porque, en palabras de Ensenada, era el supuesto esencial:[84] Este proyecto político fue concretado por el marqués de la Ensenada en un auténtico programa de gobierno presentado al rey en 1751 bajo el título Representación a Fernando VI. Los principales objetivos del mismo eran «la paz, el restablecimiento del papel de España en el concierto mundial; lograr la restitución de Gibraltar [poseído por los ingleses con sumo deshonor de la España, dijo en otro lugar]; mantener el status quo en Italia; recuperar el pleno control de las Indias y mantener la amistad con Portugal». Sobre el primer objetivo se decía «...que continúen en paz los dilatados dominios de V.M. para que se pueblen y curen de las llagas de tan incesantes y crueles guerras, trabajos y desdichas que ha padecido desde que falleció Fernando el Católico...», pero no olvidaba los intereses dinásticos de la Casa de Borbón cuando añadía a continuación que «el cuidado de mayor atención de V.M. presentemente es el de conservar en sus estados al rey de Nápoles [su hermanastro el infante don Carlos] y al infante don Felipe [su otro hermanastro, al frente del ducado de Parma], sin contraer guerra...». En cuanto a las Indias, Ensenada proponía «volver a la Corona las usurpaciones hechas en América por varios soberanos de Europa [...] y abolir las indecorosas leyes que la Francia y la Inglaterra impusieron sobre el comercio de España...», en referencia al asiento de negros y al navío de permiso establecidos en el Tratado de Utrecht. El informe concluía con la exposición de los medios para alcanzar esos objetivos: conseguir «fuerzas competentes de tierra y mar para defender y ofender según lo dicte la justicia que es la que determina la paz y la guerra».
Como han señalado Rosa Mª Capel y José Cepeda, Ensenada fue "un político que buscaba una neutralidad armada, pero nunca como un pacifista, porque nunca lo fue". El siguiente escrito aclara muy bien en qué se basaba su propuesta en política exterior En política interior, también es necesario destacar la Gran Redada de 1749 contra los gitanos españoles, primer intento de desaparición física de un pueblo en Europa. Se calcula que más de 10 000 hombres, mujeres y niños que no habían cometido delito alguno fueron arrestados, separados de sus familiares y llevados a cumplir penas de trabajos forzados en los distintos arsenales de España. Ensenada se propuso aumentar los efectivos del ejército de tierra y el número de barcos de la Armada para reducir la desventaja que tenía la Monarquía de España, respecto de la británica y la francesa. Así se fijó como objetivo contar con 100 batallones de infantería y 100 escuadrones de caballería para ser desplegados en campaña, para reducir la diferencia respecto de Francia que en aquellos momentos contaba con 377 batallones y 235 escuadrones. Mayor aún era el esfuerzo que había que hacer para reducir la distancia entre la Armada española y la Armada británica —33 navíos la primera, frente a 288 la segunda—. Se fijó el objetivo de botar en cinco años 60 navíos, de ellos 43 fragatas. Sin embargo, Ensenada no alcanzó las cifras que se había propuesto: entre 1754 y 1756 fueron botados 27 barcos de los 60 previstos.
El segundo éxito de la política respecto de las Indias fue el Tratado de Madrid del 5 de octubre de 1750 firmado por el secretario de Estado Carvajal y el embajador de la Monarquía de Gran Bretaña por el que se cancelaba el asiento de negros establecido en el Tratado de Utrecht. Como compensación la Corona española se comprometía a pagar a la South Sea Company la cantidad de 100.000 libras en varios plazos. Sin embargo, la trata de esclavos por comerciantes británicos continuó de forma ilegal desde la isla de Jamaica y desde Belice que los ingleses se negaron a abandonar