Que perjudica los avances de los ferrocarriles en el país
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Durante el proceso de globalización económica que precedió al estallido de la Gran
Guerra, América Latina fue una de las regiones más dinámicas del mundo. Esa
experiencia de expansión económica acelerada fue inseparable de la construcción de
infraestructuras de transporte, que actuaron como condición necesaria para un
crecimiento basado, en buena medida, en la exportación de recursos naturales. En el
marco de ese modelo de crecimiento hacia fuera, la extensión de redes de transporte a lo
largo del territorio era condición sine qua non para que el dinamismo económico de la
región alcanzara su máximo potencial y no quedara limitado a las áreas litorales. Al
expandirse por el espacio latinoamericano, las nuevas tecnologías de transporte del siglo
XIX permitieron poner las riquezas naturales del buena parte de la región (y no sólo de
sus zonas costeras) al alcance de los mercados internacionales.
Hablar de infraestructuras de transporte en el siglo XIX es hablar del ferrocarril. Frente
a los medios de transporte terrestre tradicionales, que debido a su carestía estaban
restringidos casi exclusivamente al tráfico a corta distancia o al transporte de bienes de
elevado valor por unidad de peso, el ferrocarril posibilitó el movimiento masivo de todo
tipo de mercancías a media y larga distancia, convirtiéndose en el instrumento básico de
integración económica de buena parte del territorio latinoamericano, y en uno de los
principales motores del dinamismo exportador y del crecimiento económico de la
región. El vínculo entre la construcción del ferrocarril y la expansión de las
exportaciones de recursos naturales fue tan estrecho que, en realidad, podrían
considerarse como dos caras del mismo fenómeno. Si el ferrocarril hizo posible el
desarrollo exportador, fueron las divisas generadas por éste las que permitieron
remunerar al capital exterior que financiaría buena parte de las construcciones
ferroviarias. En algunos países del área, el ferrocarril y las exportaciones acabaron
conformando un círculo virtuoso que se autoalimentó hasta, al menos, las primeras
décadas del siglo XX. En ese contexto, no parece exagerado afirmar, con William
Summerhill (2006: 297), que, probablemente, ninguna otra innovación tecnológica o
institucional fue más importante que el ferrocarril en la transición al crecimiento
económico en América Latina antes de 1930.
Explicación:
Respuesta:
las mismas personas ya que ellas no aportan para eso